El Gobierno reducirá a partir del 7 de marzo la velocidad máxima en todas las autopistas y autovías desde 120 a 110 kilómetros por hora, dentro de las medidas de ahorro energético estudiadas ayer por el Consejo de Ministros a raíz de la escalada del precio del petróleo por el conflicto en Libia.
Según anunció el vicepresidente segundo del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, la medida tendrá carácter transitorio, aunque no se decidió cuándo se levantará porque no sabe «cuánto va a durar la inestabilidad del norte de África».
Junto a esto, el Ejecutivo aprobó reducir las tarifas de Renfe un cinco por ciento en media distancia y cercanías, tanto en los billetes sencillos como en los abonos, una decisión que entrará en vigor el próximo 7 de marzo y que también será temporal.
Rubalcaba insistió en que la garantía de suministro no se va a ver afectada por la escalada de precios del crudo, disparado tras el inicio del conflicto libio. No obstante, añadió que la fuerte subida del combustible tiene un elevado impacto en los ciudadanos y en el conjunto del país.
Recordó que cada incremento de 10 euros en el precio del barril supone un aumento de la factura energética de 6.000 millones de euros anuales, unos 500 millones mensuales. Sin embargo, agregó que no cree que esta subida «vaya a influir en la recuperación económica».
Y, por esta razón, este escenario de encarecimiento del crudo no supondrá una modificación de los Presupuestos Generales del Estado de 2011 ni una corrección de la previsión de crecimiento para este año, fijada en el 1,3 por ciento.
Rubalcaba afirmó que las disposiciones planteadas por Industria en la rebaja del transporte ferroviario podrían servir de ejemplo para que comunidades autónomas y ayuntamientos incentiven el transporte público, aunque incidió en que es una decisión que corresponde a estas administraciones.
La reducción de la velocidad máxima en las vías rápidas conllevará una modificación de la señalización de tráfico y de las multas, unas normas que se tendrán que acometer con urgencia.
Con estas iniciativas, se estima un ahorro del 15 por ciento en el caso de la gasolina y un 11 para el gasóleo. También se elevará del 5,8 al siete el porcentaje de adquisición de biocarburantes, una medida que sí podría tener carácter definitivo.
El plan de ahorro energético se aprobará en el Consejo de Ministros del próximo viernes e incluirá también medidas que afectarán a la iluminación de los edificios públicos y de las ciudades.
