La Historia coloca a Carlos III como uno de los reyes que mayor impulso dio a San Ildefonso. Por citar un ejemplo, si el Real Sitio se convirtió en la primera localidad española en sacar su cementerio del casco urbano fue por iniciativa suya. Pero el listado de sus actuaciones en La Granja va mucho más allá del camposanto. Así que no es extraño que el Ayuntamiento ideara, hace ya tiempo, la colocación de una estatua ecuestre del Carlos III. Sin embargo, dicho proyecto ha derivado en una polémica entre el escultor Ramiro Ribas y el actual alcalde, José Luis Vázquez, que no tiene, de momento, perspectivas de acabar.
“En 2005, Félix Montes Jort [anterior alcalde de La Granja], me encargó la realización de una escultura de Carlos III, de cerca de tres metros de altura”, afirma ahora Ribas, que también indica que el 12 de octubre de ese año presentó al regidor una maqueta en bronce. El “preacuerdo” entre el Ayuntamiento y el artista establecía que la escultura de Carlos III formaba parte del plan urbanístico “Puerta de la Reina”, correspondiendo al adjudicatario de las obras su financiación. Sin embargo, aunque el pliego de condiciones del concurso fijaba que debía instalarse una escultura de Carlos III firmada por Ribas, lo cierto es que el plan “Puerta de la Reina” encalló, sin que hasta la fecha haya sido ejecutado.
Mientras, Ribas solicitó a Caja Segovia un préstamo bancario, “con el fin de costear los gastos de dicha escultura”. El crédito, por importe de 92.000 euros, le fue concedido, aunque para ello tuvo que poner como aval su vivienda. El tiempo fue pasando sin que el plan “Puerta de la Reina” avanzara, y por tanto, sin que Ribas pudiera cobrar por su obra, que él sí ejecutó. Y ahora, el artista dice que aunque sus familiares le han estado ayudando en el pago del préstamo (más de mil euros mensuales), “ya no pueden continuar”, por lo que él se enfrenta al temido desahucio, una situación que se ha empeñado en dar a conocer a las principales autoridades del Estado —José Luis Rodríguez Zapatero , José Blanco, Esperanza Aguirre, Óscar López o Atilano Soto, entre otros—, con la esperanza de lograr una solución.
“Esta situación me ha originado el llamado ‘lucro cesante’, es decir, no me puedo dedicar ni siquiera a trabajar en lo mío”, lamenta Ribas, que asegura vivir en una “angustiosa situación”, “abocado a perderlo absolutamente todo”, mientras desde el taller donde fundió la obra en bronce le llaman “constantemente” para que retire la obra, por el gran espacio que ocupa. “De no cobrar lo que se nos debe, 133.450 euros más IVA, no dispongo ya de recursos económicos de ningún tipo”, sentencia el artista.
Mientras, el actual alcalde, José Luis Vázquez, criticó ayer a Ribas, del que dijo que es “el semblante del comportamiento que ha llevado a este país a la situación en la que se encuentra”, acusándole de tener “una actitud irresponsable” al iniciar la obra de Carlos III de forma precipitada, antes de que la adjudicataria de la “Puerta de la Reina”, la empresa Larcovi, hubiera firmado el contrato correspondiente con el Ayuntamiento para ejecutar el proyecto integral. “Empezar la escultura cuando ni siquiera se había formalizado el contrato por el que Larcovi debía asumir el coste de la misma no se le hubiera ocurrido a nadie”, insistió Vázquez, defendiendo que al Ayuntamiento “solo se le puede acusar por haber intentado en los últimos años paliar los efectos que en la familia de Ribas han tenido sus errores”.