La UEFA abrió ayer un expediente disciplinario al técnico del Real Madrid, José Mourinho, por lo que consideró «declaraciones inadecuadas» en la rueda de prensa posterior al encuentro del pasado miércoles contra el Barcelona. Según este organismo, el técnico podría haber violado el artículo cinco del código disciplinario y podría ser castigado con varios partidos de suspensión.
Tras la derrota en el Bernabéu, el luso cargó duramente contra el rival y Pep Guardiola. Unas palabras que podrían desembocar en su segundo castigo de la temporada, ya que el pasado noviembre fue sancionado con un partido por provocar varias tarjetas amarillas en un choque ante el Ajax. Entonces se inició un período de tres años en que el organismo continental se comprometió a vigilar el comportamiento de Mourinho.
Además, la UEFA también abrió otros procesos contra el Real Madrid por invasión del terreno de juego, la tarjeta roja a Pepe y la propia expulsión de Mourinho. Asimismo, estudiará un posible castigo contra José Manuel Pinto, portero suplente del Barcelona, expulsado en el túnel de vestuarios tras un incidente con Chendo, delegado del club blanco.
Todos estos casos serán evaluados el viernes 6 de mayo por la comisión de control y disciplina de la UEFA, que se reunirá en Nyon.
lesionar la reputación. Por otro lado, el Barcelona denunciará a José Mourinho ante la UEFA por las declaraciones que hizo tras el partido que ambos equipos disputaron en el Bernabéu, en las que puso en duda el título europeo que logró el Barça en 2009.
En una reunión de urgencia que se celebró en el Camp Nou, el club tomó esta decisión porque entiende que las palabras del luso contravienen las normas relativas a «lesionar la reputación del fútbol». Así lo confirmó el secretario de la junta directiva azulgrana, Toni Freixa, quien aseguró que el Barcelona se siente «perjudicado» por las declaraciones del preparador ‘merengue’ y que por ello «defiende su historia, prestigio y honorabilidad por el esfuerzo que hizo el club por ganar la Champions de la temporada 2009».
«Es inaceptable que nadie se atreva a cuestionar nuestros títulos ni tampoco nuestra relación con Unicef. No queremos avivar el fuego, sino apagarlo. Los líderes sociales solo tendrían que hablar de fútbol y no de cosas que incitan a la violencia», añadió.
