La Unión Europea prepara un cambio en el método de cálculo del déficit que beneficia especialmente a España, ya que podría traducirse en una relajación del esfuerzo de ajuste exigido por Bruselas, según confirmaron ayer fuentes comunitarias. La modificación tendrá un «impacto positivo» para España y el Gobierno de Mariano Rajoy tiene «mucho interés» en que salga adelante.
La cuestión ha sido discutida esta semana a nivel técnico y será abordada de nuevo la semana que viene por el comité de política económica, que incluye a representantes de los Veintiocho. Si ningún Estado miembro presenta objeciones, se aprobaría, aunque el acuerdo final también puede retrasarse o someterse a los ministros en el Ecofin.
El cambio afecta a la forma de calcular el denominado déficit estructural, es decir, el desfase presupuestario de un país en condiciones neutras, sin tener en cuenta el impacto de la crisis económica.
La UE fija para cada Estado miembro unos objetivos de déficit nominal, en el caso de España, 6,5% para este año. Pero desde el principio de la crisis, a la hora de evaluar en el marco de un procedimiento por déficit excesivo si un país ha cumplido, presta especial atención al esfuerzo de corrección del déficit estructural. El actual método de cálculo del Ejecutivo comunitario da como resultado que buena parte del déficit en los Estados en crisis, como España, se considera como estructural y no como cíclico. Ello se traduce en que se exige a estos países un esfuerzo de ajuste mayor.
Así, por ejemplo, con el método vigente, el nivel de paro estructural en España, incluso cuando la economía funciona a su máximo potencial, estaría en el 23%, según publicó ayer el Wall Street Journal.
La nueva metodología reducirá la estimación de desempleo estructural y con ella la de déficit estructural, lo que exigirá hacer menos esfuerzos de ajuste.
Si se aprueba, la semana que viene, el nuevo método podría utilizarse ya, según la prensa europea, para los datos económicos de otoño de la Comisión, que se publicarán en noviembre.
Estas previsiones servirán para evaluar si España y el resto de Estados están cumpliendo el ajuste exigido por la UE para este año.
Por otra parte, el comisario de Mercado Interior y Servicios de los Veintiocho, Michel Barnier, culpó a la desregulación impulsada por los países europeos y la propia Comisión durante las últimas tres décadas de ser la responsable de la actual crisis, y abogó por conseguir unos mercados que funcionen de forma «transparente y justa» con una supervisión adecuada.
Así, el comisario francés instó a todos a recordar la quiebra de Lehman Brothers hace cinco años para «sacar lecciones» de esa experiencia y conseguir que «ningún actor financiero pueda escapar a una regulación pública y una supervisión eficaz».
