El ministro sueco de Medio Ambiente, Andreas Calgren, cuyo país ocupa la Presidencia rotativa de la UE hasta finales de año, calificó ayer de «desastre» y «gran fracaso» la cumbre sobre cambio climático de Copenhague, que no logró cerrar un acuerdo internacional para sustituir el Protocolo de Kioto.
«Vamos a discutir el desastre que tuvimos en Copenhague, cómo continuar las negociaciones y cómo llegar más lejos», anunció Calgren a su llegada a la reunión de ministros de Medio Ambiente que se celebraba ayer en Bruselas.
El sueco adelantó que empezarán a explorar «alternativas de trabajo», ya que tras dos años de intensas negociaciones internacionales, la cumbre de la capital danesa «ha sido un gran fracaso, del que tenemos que aprender».
Calgren destacó la unidad del bloque europeo durante los do 12 días de encuentro en Dinamarca y recalcó que la UE «nunca estuvo dividida».
El liderazgo europeo chocó frontalmente, sin embargo, con la actitud de países como Estados Unidos y China, que demostraron una verdadera «falta de voluntad», comentó.
Según la Presidencia de la UE, sigue siendo necesario crear un sistema internacional «que tenga en cuenta no sólo los intereses de los grandes países, como ocurrió en Copenhague, sino también los de los estados más pequeños».
En relación a la declaración final de Copenhague, Calgren indicó que «dos páginas y media de declaración nunca pueden cubrir todos los puntos que fueron abordados en las negociaciones».
El encuentro de ayer es no solo el último Consejo de Ministros de la UE que se celebra bajo Presidencia sueca sino la primera ocasión en la que los Veintisiete analizan lo ocurrido en Copenhague.
Defender el liderazgo
Desde la Comisión Europea insisten en defender el papel de liderazgo ejercido por la Unión Europea durante las negociaciones y rechazan que quedara apartada en el tramo definitivo cuando EEUU. China, India, Sudáfrica y Brasil acordaron la base del texto. El acuerdo final contiene «muchas ideas traídas directamente de la propuesta europea», insisten.
El pacto del que finalmente la Cumbre del Clima «tomó nota» fija la financiación a corto plazo para ayudar a los países pobres a combatir el clima (30.000 millones de euros entre 2010 y 2012), aunque no aclara cómo pagarlo. También se refiere a un fondo a largo plazo de 100.000 millones anuales a partir de 2010.
