La Comisión Europea propondrá esta semana una norma para obligar a todos los Estados miembros a que castiguen con sanciones penales, incluidas penas de cárcel, a los banqueros que incurran en comportamientos delictivos graves, en concreto, el abuso de información privilegiada y la manipulación de mercado.
La directiva tendrá un impacto limitado, puesto que la mayoría de los países miembros, entre ellos España, ya prevén en sus respectivas legislaciones nacionales sanciones penales para este tipo de comportamientos, según explicaron ayer fuentes comunitarias.
Bulgaria es la única nación de la UE que no castiga ni el abuso de información privilegiada ni la manipulación de mercado, mientras que Austria, Eslovaquia, República Checa, Estonia, Finlandia y Eslovenia no han tipificado penalmente alguno de los dos delitos.
La propuesta de Bruselas exigirá que todos los Estados miembros sancionen estas conductas, pero no fijará ninguna pena mínima, según un alto funcionario de la Unión.
El presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, justificó sus planes alegando que «algunas de las prácticas habituales que hemos visto en el sector financiero fueron completamente irresponsables, y a veces, de naturaleza criminal».
Proponer esta iniciativa «tiene sentido, porque se trata de sanciones que tienen que ver con el mercado y tenemos un sector interior en Europa, por lo que es lógico tener el mismo tipo de catigo en toda Europa», explicó Barroso en rueda de prensa tras participar en una cumbre social tripartita con patronal y sindicatos europeos.
El presidente de la CE anunció por primera vez su propuesta hace dos semanas durante una entrevista concedida a YouTube y Euronews en respuesta a un internauta español que le preguntaba por los abusos en las indemnizaciones de los directivos de las cajas de ahorro españolas.
Por otra parte, las empresas financieras europeas se enfrentan a un proceso de recapitalización similar al que afrontaron los bancos de EEUU tras la crisis de 2008, aunque sw augura que ahora será más dura por la fragmentación de la zona euro y las dudas sobre la deuda soberana.
Así lo afirma la agencia Moody’s en un informe emitido ayer, en el que compara el desafío que tienen por delante las firmas europeas con el que venció Estados Unidos cuando recapitalizó la banca con 200.000 millones de dólares de fondos públicos.
En los dos casos, explica la calificadora, estas empresas tienen carencia de capital que pone en peligro su viabilidad, aunque por motivos diferentes.
