La propuesta de acuerdo para revisar los vínculos de Reino Unido con el resto de la Unión Europea incluirá un mecanismo de “alerta y salvaguarda” que permitiría a Londres limitar las prestaciones sociales a los trabajadores europeos durante sus primeros años en Reino Unido. El presidente del Consejo europeo, Donald Tusk, publicó el borrador de acuerdo que ha redactado tras contactos con el primer ministro británico, David Cameron, pero no se trataría de un acuerdo definitivo, ya que deberá ser sometido aún a la opinión del resto de jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
“Creo profundamente que nuestra comunidad de intereses es mucho más fuertes que lo que nos divide. Ser o no ser (por estar) unidos, esa es la cuestión que deben responder no sólo los británicos en un referéndum, sino también el resto de los 27 miembros de la UE en las próximas dos semanas”, indicó Tusk, en una carta dirigida a los líderes de la UE.
La salvaguarda que permitiría excluir a inmigrantes europeos de parte de las ayudas sociales vinculadas al empleo en Reino Unido afectaría únicamente a los trabajadores llegados después del acuerdo y no a los que ya se encuentran allí, según indicaron fuentes europeas. Tampoco exigirá un cambio del Tratado de la Unión Europea, añadieron las fuentes, que aseguraron que todas las propuestas del documento podrán ponerse en marcha “con el actual marco legal”.
En este sentido, el texto no aclaró durante cuánto tiempo se podría activar este “freno de emergencia” que Londres aspira a poder aplicar durante un periodo de cuatro años. Es una de las cuestiones que quedan abiertas a las negociaciones a Veintiocho de los próximos días, que culminarán en la cumbre de líderes de la Unión Europea de los días 18 y 19 de febrero en donde se pretende cerrar el acuerdo.
El poder limitar las prestaciones sociales a los trabajadores europeos ha sido una de las principales exigencias de Cameron, que denuncia “abusos” del sistema por parte los inmigrantes comunitarios, pero también una de las medidas que más recelo ha despertado entre el resto de países, que consideran “inaceptable” alterar derechos fundamentales de la UE como la libertad de movimiento.
Sin embargo, no es la única cuestión “compleja” que deberán terminar de negociar, ya que también hay propuestas que afectan a la soberanía de los Parlamentos.
Cameron ve como “un verdadero progreso la propuestas comunitaria”
El primer ministro británico, David Cameron, consideró que el borrador presentado ayer por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, reflejaría un “verdadero progreso” en las cuatro áreas que Reino Unido quiere replantear para seguir siendo miembro de la UE. “El documento de renegociación muestra un verdadero progreso en las cuatro áreas en las que Reino Unido quiere cambios, aunque queda trabajo por hacer”, explicó Cameron en Twitter, en su primera reacción tras la difusión del borrador comunitario.
El ‘premier’ destacó en declaraciones a la BBC que, al margen de las “cosas importantes” que quedan pendientes, el texto recoge “cambios sustanciales”. En este sentido, destacó que “muchas cosas” que en su momento parecían “imposibles” figuran ya dentro de los compromisos. Una fuente gubernamental citada por la agencia Reuters aseguró que en Londres están “bastante confiados” de cara al acuerdo, que ven ya “posible”.
El Ejecutivo de David Cameron quiere renegociar su actual estatus de relaciones con la Unión Europea de cara a convocar un referéndum sobre la continuidad en el bloque comunitario, al que Reino Unido se adhirió en el año 1973. El primer ministro británico apuntó, además, que Reino Unido podría celebrar “en unos meses” el referéndum sobre la continuidad en la UE y sugirió que su Gobierno abogará por la permanencia en el bloque comunitario si se concreta el plan presentado ayer por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Cameron admitió durante una visita a una fábrica que la UE no será nunca “perfecta”, pero subrayó que, si se pactan unos “buenos términos”, él mismo votaría a favor de la continuidad de Reino Unido en el bloque continental. De lo contrario, añadió, “nada está descartado”.
Por otro lado, el ministro de Exteriores británico, Philip Hammond, habría afirmado que el Gobierno podría “técnicamente” convocar la consulta en junio, si bien aclaró que la fecha del referéndum es algo “secundario” frente al actual proceso negociador entre ambas partes.
Reino Unido se juega de esta manera su futuro como miembro de la Unión Europea y por ello continuará negociando.
