El presidente de la Comisión Europea trasladó ayer su preocupación por la situación de seguridad en Ucrania en una conversación telefónica con el presidente del país, Petro Poroshenko, y reclamó una investigación del bombardeo a un convoy con desplazados internos.
“El presidente Barroso ha expresado su preocupación por la situación de seguridad y ha condenado el bombardeo de un convoy de personas desplazadas internas”, explicó el Ejecutivo comunitario tras la llamada quemantuvieron Barroso y Poroshenko, que ytambién habían hablado el lunes.
El jefe del Ejecutivo comunitario exigió “una investigación de este incidente” y subrayó “la necesidad de proteger las vidas de civiles” y de “poner fin a las hostilidades en la frontera y el flujo de armas y personal de Rusia a Ucrania”.
El Gobierno ucraniano se mostró ayer dispuesto a garantizar la seguridad del convoy con ayuda humanitaria enviado por Rusia al este del país, pero solo en los territorios que están bajo su control, según explicó ayer el Ministerio de Exteriores ucraniano, Yevhen Perebyinis.
“Los propios milicianos y Rusia, que les controlan, tienen toda la responsabilidad de la seguridad de esta carga en el territorio controlado por los terroristas”, manifestó Perebyinis, citado por Interfax Ucrania.
“Ucrania confirmó muchas veces su disposición a ofrecer garantías de seguridad y las ha ofrecido en el territorio que está bajo el control de las fuerzas antiterroristas ucranianas”, añadió
Cruz roja
En este sentido, defendió que el Comité Internacional de Cruz Roja (CICR) debe llegar a un acuerdo con Rusia y los separatistas prorrusos respecto a las cuestiones de seguridad en los territorios bajo el control de estos últimos.
Entretanto, el embajador ruso en la ONU, Vitali Churkin, indicó que la entrega de la ayuda rusa en el este de Ucrania podría producirse en las próximas horas. “Esperamos que nadie intente de nuevo evitar el reparto de la ayuda de Rusia y que seremos capaces de comenzar la acción en las próximas horas”, señaló al Consejo de Seguridad, según informó la agencia Itar-Tass. El embajador subrayó que ante la continuación de las hostilidades, Moscú necesita garantías de seguridad por parte de Kiev.
Por otra parte, el portavoz militar ucraniano Andriy Lisenko elevó ayer a 17 los cadáveres recuperados del convoy de refugiados que fue bombardeado el lunes en la región de Lugansk, en el este de Ucrania.
Horas antes, Lisenko había informado de que se habían localizado al menos 15 cuerpos, indicando que la búsqueda de víctimas y supervivientes seguiría a lo largo de la jornada de ayer.
Lisenko también informó de que los equipos de rescate encontraron a seis heridos graves que fueron trasladados a un hospital de la zona.
Kiev culpó a los separatistas prorrusos de este ataque, supuestamente cometido con misiles Grad. Los rebeldes, por su parte, negaron cualquier responsabilidad y el viceprimer ministro de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Andrei Purgin, aseguró que no disponen de la capacidad suficiente.
Tiroteo en Donetsk
Por otro lado, ayer se produjo un intenso tiroteo en el centro de Donetsk, el bastión de los separatistas prorrusos en el este de Ucrania, según pudo constatar un reportero de Reuters en el lugar de los hechos.
Según esta fuente, unos cinco o seis milicianos estaban escondidos detrás de vehículos en un aparcamiento de un centro comercial, corriendo y disparando contra otro grupo de personas.
