Las primeras estimaciones de los daños causados por la denominada ‘tormenta perfecta’ empiezan ya a conocerse. Ayer, la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Segovia divulgó los datos recabados por sus técnicos, que cifraban en al menos 106 los árboles derribados a consecuencia de las rachas de viento asociadas a la ‘ciclogénesis explosiva’, que llegaron a ser de hasta 120 kilómetros / hora.
De los ejemplares caídos, 75 eran coníferas y 31 frondosas. Las especies más dañadas han sido los cipreses de Arizona (29), los pinos piñoneros (26) y los álamos blancos (10). Una vez realizado el balance, los técnicos evaluarán la posibilidad de plantar nuevos ejemplares. En cualquier caso, la reposición se realizará “poco a poco”, según explicó ayer la concejala Paloma Maroto.
La Junta de Castilla y León también ha iniciado un estudio para conocer la afección en los montes públicos de Segovia de la ‘tormenta perfecta’. Aunque todavía no hay datos orientativos al respecto, todo apunta a que la zona más afectada ha sido la de los Montes de Valsaín. Como se recordará, el alcalde de San Ildefonso, José Luis Vázquez, estimó el pasado lunes que en los Montes de Valsaín habrían caído unos 2.200 árboles. Por otra parte, Patrimonio Nacional ha procedido a cerrar los Jardines Reales, donde el viento tumbó 300 árboles y dejó en malas condiciones a otros tantos, que deberán ser talados próximamente por el peligro que entrañan para los visitantes.
Por el contrario, en el parque natural de las Hoces del río Duratón, la ‘ciclogénesis explosiva’ del pasado sábado apenas provocó daños de importancia en su arbolado.
