Almazán ha dado a probar a los visitantes más de 4.500 pinchos en los dos días que ha durado el VII Certamen de Tapas Medievales que acogió la villa soriana el pasado fin de semana. Cocineros de nueve ciudades, acogidos por otros tantos bares y restaurantes adnamantinos las ponían a la venta al precio de 2,50 euros, acompañados de caña o vino de la tierra, en el evento organizado por la Red de Ciudades y Villas Medievales, a la que pertenece la localidad segoviana de Pedraza.
Además de darle la dimensión internacional a las habituales zonas de tapeo de la villa, acercando hasta Almazán delicias gastronómicas de las ciudades de la Red de Ciudades y Villas Medievales, el certamen ha servido también para reforzar los lazos que unen a las localidades que la integran, y para hablar de proyectos de futuro.
En la avenida de Soria y en el bar Mateo, el visitante podía degustar la delicia con la que Gonzalo Berzal representó a Pedraza, su delicioso Falafel Árabe. La tapa, llena de matices, evitó los tópicos de la carne castellano-leonesa, para poner el foco por esta vez sobre los productos de la huerta pedrazana.
Además, también se pudieron degustar pinchos de otros puntos de España, como la tapa Sagar Berdea procendente de Álava y creada por Carmen Fernández; y la Delicia Pacore, cocinada por Francisco Javier Panizo y llegada de Olivenza (Badajoz). Los chefs Jorge Ruiz y Manuel Palma llevaron hasta Almazán su Galleta de Manitas de Cerdo desde Navarra; el cocinero seguntino Nacho Amo de Sigüenza (Guadalajara) fue el autor de la Maza Medieval con Costilla de Cerdo y Ortigas. Desde Coria (Cáceres) se pudo degustar la tapa Peregrino Extremeño; el pincho titulado Garum Divinorum desde Donostia; la Brocheta de Bienmesabe desde Toledo; y por último la de Almazán cocinada por Julia Medrano y titulada Perla del Villa.