La campaña electoral en Francia ha finalizado. Al menos por el momento. El país vive hoy su primera jornada de reflexión antes de que mañana se celebre la primera vuelta de los comicios presidenciales, en una batalla en la que hay dos claros ganadores: el conservador y candidato a la reelección, Nicolas Sarkozy, y el aspirante socialista, François Hollande. Todo apunta a que ellos serán los elegidos en las urnas para medirse en el combate final, el del próximo 6 de mayo, que decidirá quién será el inquilino del Elíseo para los próximos cinco años.
Poco ha calado cualquier discurso de la ultranacionalista Marine Le Pen o del izquierdista Jean-Luc Mélenchon. Existe un claro bicefalismo, encarnado por Sarkozy y Hollande, y en el que habrá, lógicamente, un ganador y un perdedor. Y, según los sondeos, el todavía mandatario sería el derrotado en ambas citas electorales.
A pesar de que al inicio de la campaña, las previsiones apuntaban al líder de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) como vencedor en la primera vuelta, cuatro de las últimas seis encuestas publicadas durante las últimas horas en el país vecino otorgan la victoria al líder socialista, que, además, conseguiría entre siete y 14 puntos de diferencia en la segunda y decisiva ronda de mayo.
Por otro lado, los sondeos han seguido también la carrera por el tercer puesto en la primera ronda entre Mélenchon y Le Pen. Todo parece indicar que la candidata del Frente Nacional se convertirá en la tercera más votada en la ronda inicial, con entre el 14 y el 17 por ciento de los votos. El líder del Partido de Izquierda conseguiría entre un 13 y un 15 por ciento.
En el último día de campaña, Sarkozy destacó que «ya ha pasado el riesgo de colapso del euro», pero también advirtió de que «Europa está convaleciente y no podemos permitirnos errores».
Sin precisar, anunció que en caso de ser reelegido pondrá en marcha «tres o cuatro reformas antes de final de año», así como fuertes iniciativas en el ámbito internacional.
Su principal contrincante, por su parte, pretende que el Banco Central Europeo rebaje los tipos de interés. Y a la pregunta sobre cómo impulsaría el crecimiento económico, indicó: «Hay dos posibilidades de hacerlo. La primera es la bajada de los tipos, una opción que defiendo; la seguna es conceder créditos directamente a los Estados».
Así, el socialista se mostró a favor de movilizar los ahorros de los franceses, que se encuentran a un nivel muy alto para la industria, la construcción de viviendas y el pago de deudas», al tiempo que señaló que está considerando la inclusión de bonos privados.
Si bien la victoria en la primera vuelta podría estar reñida, todo parece más claro, según las encuestas, de cara a la segunda ronda. Y es que la división del voto de la izquierda se unirá en torno a una sola persona, por lo que Hollande contaría con el respaldo de un 80 por ciento de los votantes del izquierdista Jean-Luc Mélenchon y un 33 por ciento de los afines a François Bayrou, el líder del Movimiento Democrático.
Sarkozy, por su lado, conseguiría el voto de un 45 por ciento de los simpatizantes de la líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, y más un 32 por ciento de los votantes del centrista Bayrou.
