La venta de viviendas de España cayó en picado a finales del verano, lo que para algunos expertos indica que se ha producido un «duro reajuste» tras la aceleración en el ritmo de las transacciones que tuvo lugar durante los meses inmediatamente anteriores a la subida del IVA del 7% al 8% el pasado 1 de julio.
Según los datos de transmisiones de derechos de la propiedad publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las ventas cayeron en octubre el 17,7% en tasa interanual, hasta 27.198 inmuebles, la cifra más baja desde que comenzó a elaborarse este informe, en 2007.
Por su parte, la estadística de transmisiones inmobiliarias del Ministerio de Fomento recoge un desplome del 26,3% en el tercer trimestre del año, y un total de 79.233 operaciones, también el peor dato registrado desde el inicio de esta publicación en 2004.
Además, según el departamento que dirige José Blanco, estas operaciones bajaron entre julio y septiembre el 48,3% respecto al trimestre anterior, poco antes del incremento del impuesto, cuando se registró un aumento del 43%.
Los expertos consultados señalaron que la disminución de las ventas tras el aumento impositivo era algo que «ya se esperaba», al tiempo que coincidieron en que los próximos meses se producirá un nuevo repunte a causa de la supresión de las deducciones fiscales a la compra de vivienda habitual para rentas de más de 24.000 euros, prevista para el 1 de enero del 2011.
Para el presidente de la Asociación de Promotores Constructores de España (APCE), José Manuel Galindo, el hundimiento se debe sobre todo a la inestabilidad de los mercados financieros, ya que esa situación genera desconfianza en los potenciales compradores. También lo achacó al repunte en octubre del euríbor a 12 meses, que cerró con un valor del 1,495%, el máximo desde junio de 2009; así como a las medidas de ajuste del Gobierno central que, a su juicio, restringen la inversión y, en definitiva, producen menor disponibilidad de crédito. De cara a los próximos meses, cree que la compra venta mejorará por el efecto llamada generado por el fin de la desgravación, aunque advierte de que la recuperación podría verse condicionada por la incertidumbre y la falta de crédito.
Asimismo, el autor del libro Adiós, ladrillo, adiós, José Luis Ruiz Bartolomé, apuntó que no se producirá una reactivación si no mejoran las condiciones económicas del país y no hay una mayor bajada de los precios. En cuanto a la posible aceleración de las ventas por el fin del beneficio fiscal, aseguró que los compradores «tienen ganas» de adquirir casas, aunque resaltó que a partir de enero los datos volverán a ser «muy malos».
En la misma línea se mostró el jefe de estudios del portal inmobiliario Idealista.com, Fernando Encinar, que explicó que los vendedores están «muy nerviosos» ante la supresión de las deducciones, por lo que «cada vez ajustan más» los precios, y señaló que solo en noviembre han realizado descuentos por un total de 630 millones de euros. Además, indicó que, tras el fin de la desgravación, los precios continuarán a la baja.
Por su parte, el codirector del máster de Empresas Inmobiliarias de la UNED, Julio Gil, recordó que los datos de octubre dados a conocer por el INE corresponden en realidad a julio y agosto, ya que este trabajo está elaborado con las escrituras realizadas por los registradores de la propiedad, por lo que para ver el efecto del fin de las deducciones habrá que esperar a los primeros meses de 2011.
Mientras el ladrillo sigue sin levantar cabeza, el Pleno del Congreso de los Diputados votará hoy una iniciativa de CiU que propone un paquete de medidas ante los «problemas sociales» derivados del aumento de los desahucios y las ejecuciones hipotecarias, entre las que destaca la posibilidad de que la entrega de la vivienda permita saldar la deuda crediticia.