Morcilla, chorizo, oreja, panceta, calducho, sumarro… integran una jugosa y atractiva alineación a la que pocos pueden resistirse, salvo por prescripción facultativa. Los productos derivados del cerdo y el ritual de la matanza que los hacen posibles reunieron ayer en Venta Magullo a cerca de un millar de personas que aceptaron la propuesta de participar en una nueva edición de la «Matanza Popular» que no sólo devuelve a la actualidad esta secular tradición, sino que también tiene un marcado carácter solidario.
Por segundo año consecutivo, la Asociación Segoviana de Esclerosis Múltiple (ASGEM) es la entidad a la que Venta Magullo dedica la recaudación obtenida con este evento, que el colectivo que reúne en la provincia a más de 200 personas destinará a sufragar los distintos programas asistenciales que ofrece a las personas que padecen esta enfermedad degenerativa. Así, en el acto estuvieron presentes el presidente de ASGEM, Eduardo Barrios Pitarque y la responsable regional de la Federación de Asociaciones de Esclerosis Múltiple de Castilla y León, Lorena López.
En una fría pero soleada mañana, los participantes en la Matanza Solidaria volvieron un año más a disfrutar de la hospitalidad de la familia Calle, con Óscar Calle a la cabeza, que pusieron a disposición del evento todos sus conocimientos sobre la matanza, así como la infraestructura necesaria para llevar a cabo el destace del cerdo una vez sacrificado conforme a las estipulaciones legales. Para amenizar la velada, nada mejor que la música y el humor de Salvador Lucio y sus inseparables Juanjo y Alberto, que un año más pusieron el alegre contrapunto a la mañana con sus jotas, coplillas y chistes que arrancaron la risa y el baile al público. Posteriormente, el Grupo de Danzas La Esteva fue el encargado de mostrar la pureza de la tradición folclórica con un breve recital de jotas tradicionales.
El momento más esperado de la jornada fue el nombramiento de «Matarife de honor», que este año recayó en el periodista deportivo José Manuel «Pipi» Estrada, que no dudó en atarse el mandil acreditativo entregado por Óscar Calle para agradecer al público este reconocimiento y expresar su admiración por la cultura de la matanza y por la gastronomía castellana y segoviana.