La segunda corrida de toros, cuarto y último festejo de la feria taurina riazana no deparó grandes momentos de intensidad torera por el mal juego ofrecido por los astados de Santa Teresa, bien de presentación y bajos de raza en la plaza.
Hubo instantes de emotividad pero en pequeñas dosis y lo mejor cuando se inicia el paseíllo con los compases musicales, el ambiente y el maravilloso entorno de la Plaza Mayor en improvisado ruedo y la naturaleza desbordante y esplendorosa.
ANTONIO BARRERA Sustituto de Luis Bolivar y que no pudo refrendar en Riaza el buen momento por el que atraviesa. El sevillano lanceó muy ajustado al que abría plaza, un toro de muy mal juego al que Barrera se avino a torear cercano a los pitones sin gran resultado. Valor y entrega y algunos pases robados al mal ejemplar de Santa Teresa. Para colmo mató de infame bajonazo.
Lances que se aplauden al cuarto de la tarde. Ayudados por alto y por el pitón derecho muletazos sueltos con clase pero sin lograr la ligazón necesaria hasta los finales de faena, cuando salieron a relucir templados derechazos con plasticidad y el don el divino temple. Esa fase de la labor muleteril tuvo consistencia y clase torera de alto nivel. Cortó una oreja.
SÁNCHEZ VARA Dos largas cambiadas de hinojos y en pie un lance y revolera. Se hizo aplaudir en banderillas clavando tres buenos pares en diferentes suertes. Pases por alto rodillas en tierra. Suave toreo a media altura en redondo yendo a mejor la faena tras cambiar el ritmo y la texitura del toreo fundamental. Ya más baja la mano y jugando correctamente la muñeca, sacó partido de una embestida pastueña y redondeó la faena con unos naturales sueltos y más toreo en redondo con quietud y cadencia. Molinetes de rodillas, estocada caída y oreja.
Con el segundo toro de su lote, lances genuflexa la figura y en pie dos verónicas y media. Quitó por delantales. Rehileteró de manera irregular. El toro lleva la cara alta y el torero lo lo vio así y se empeñó en torear a media altura lo que dificultaba el toreo y la vistosidad necesaria.
Toro soso y noble y el defecto apuntado que no vislumbrado por el ya experto y con oficio alcarreño. Mejoró algo hacia finales de faena y hubo momentos de inspiración que sacaron a relucir aspectos muy dignos de encomio. Considero que desperdició a un animal con ciertos conceptos potables. Cortó otra oreja.
SERGIO AGUILAR Seis lances a pies juntos y revolera como preámbulo. Después, pases por alto también a pies juntos y toreo de lenta ejecución y buen ritmo. Humillaba el burel y el madrileño se ajustó a su condición de boyantía para instrumentar muletazos de alto concepto y consideración. Aportó estilo, estética y aplomo. Vistosas dos series que fueron debidamente correspondidas con olés. Manoletinas y oreja tras dos estocadas. Con el que cerraba plaza, manso ejemplar con tendencia a la huída, simples capotazos. Tarascadas del astado y toreo de inquieta apostura. El toro se cuela por el pitón izquierdo y por el derecho no repite la embestida. El diestro aguantó hasta el desengaño final. Fue ovacionado.
