Sumida en una crisis deportiva sin precedentes próximos, la Gimnástica Segoviana continúa buscando su identidad en una Segunda División B que ya se ha demostrado que no perdona errores, ya sean en momentos puntuales de los partidos, o los más graves de actitud como los que en la tarde del domingo se vieron en el campo de El Montecillo frente a la Arandina.
Pero a pesar del mal momento, deportivo y anímico, del equipo, la junta gestora del club azulgrana no quiere tomar ninguna medida drástica, entiéndase con ella el despido del entrenador. En su lugar, el grupo gestor que preside Fernando Correa entendió que el problema es más de actitud de la plantilla que de aptitud del cuerpo técnico, y por ello ha optado por mantener una ronda de reuniones con todos los estamentos de la entidad, para estudiar posteriormente las decisiones a tomar, antes que andar metido en un baile de entrenadores que le costaría un buen dinero al club. Dinero que, por otra parte, la Segoviana no tiene.
La plantilla también se reunió por su cuenta antes de realizar el entrenamiento de recuperación del partido del domingo. Esto no para, y hay que recuperarse de las críticas, puesto que el próximo fin de semana la Segoviana tiene ante sí otra final, en esta ocasión en el campo de La Albuera frente al Guijuelo, y necesita ganar si no quiere que la permanencia se le aleje tanto que se convierta en inalcanzable antes incluso de terminar la primera vuelta. De momento la decimosexta plaza queda a siete puntos, una distancia ya importante, pero en ningún caso insalvable faltando casi 90 puntos por jugar, siempre que el equipo mejore de manera sustancial sus prestaciones.