La Gimnástica Segoviana sumó en Guijuelo un problema más a la larga lista de asuntos por arreglar a contrarreloj antes de que el final de la temporada le termine de colocar en los puestos de descenso. A su ya proverbial ausencia de gol, a su tradicional pésimo arranque de los partidos y a su fragilidad defensiva, se le ha venido a unir ahora la mala fortuna en lo que se refiere a los penaltis, puesto que en los dos últimos encuentros que el conjunto azulgrana ha disputado como visitante le han señalado nada menos que cinco penas máximas, todo un récord negativo.
Los penaltis impidieron a la Segoviana conseguir puntuar en Álava, donde recibió dos penas máximas, y le condenaron en su encuentro en Guijuelo, donde en 45 minutos hasta en tres ocasiones el colegiado señaló el punto fatídico. Y lo peor no son los penaltis en sí, todos transformados, sino que buena parte de ellos significaron la expulsión de un jugador azulgrana, con su correspondiente baja para el encuentro siguiente. Mención “especial” en este apartado merece Jesús Alonso, que fue expulsado en Mendizorroza ante el Alavés, no jugó por sanción ante la Arandina, y en el encuentro de su retorno en Guijuelo cometió el primer penalti de la Segoviana, por el que también fue expulsado, por lo que de nuevo será baja por sanción para el próximo partido, que se jugará mañana en La Albuera teniendo como oponente al Zamora.
Además, también faltarán David Durán, expulsado también en el último penalti, y Font, que recibió su quinta tarjeta amarillas del ciclo. Así que, frente al Zamora, la Segoviana jugará con Iván (o Dela) en la portería, y con la necesidad de inventarse de nuevo un lateral derecho. Deportivamente es difícil que las cosas le puedan salir peor al conjunto azulgrana.