La Gimnástica Segoviana parece haber metido el turbo y ayer, en Santa Marta, logró los tres puntos ante un equipo a la deriva, que todavía no sabe lo que es estrenar su casillero como local. Fue un partido más fácil de lo previsto para los azulgrana, que dejaron sentenciado en la primera mitad y en la que les bastó controlar en la segunda ante un rival romo en ataque que fue incapaz de meterse en el encuentro.
Los de Paco Maroto salieron a la expectativa y eso pareció dar esperanzas a los tormesinos que, en la primera acción del partido estuvieron a punto de sorprender a Durán en una acción de Adrián Herrero. Sin embargo, a medida que iba avanzando el encuentro, la experiencia de los azulgrana se fue imponiendo y a los diez minutos, un error en la entrega entre el centro del campo y la defensa tormesina era aprovechado por un atento Dani para recuperar el balón y batir a Cano en su desesperada salida.
Sin apenas tener que forzar, los segovianos tenían el partido donde querían y su experiencia contrastaba con la juventud de los tormesinos que, además, quedaban tocados por el tanto del jugador segoviano. De hecho, los locales no se habían rehecho del golpe cuando de nuevo Dani interceptaba otro balón suelto en la línea de tres cuartos salmantina y, por encima de Cano, enviaba el balón al fondo de las mallas.
A pesar de la adversidad, los salmantinos conseguían equilibrar fuerzas en el centro del campo hasta el descanso, pero incapaces de hacer daño en ataque. El que no perdonó fue el veterano Anel, que, en una acción a balón parado, al filo del descanso y de cabeza ponía el tercero dejando el encuentro visto para sentencia.
En la segunda parte, ambos equipos hicieron variaciones tácticas pero con distintos objetivos y, como es lógico, es mucho más fácil acertar cuando se trata de aguantar un 3-0 a favor que cuando hay que remontarlo. Aún así, el Santa Marta salió a demostrar que no tiraba el partido y tomó el control, con más agresividad, pero la Segoviana controlaba perfectamente la situación y tenía el partido donde quería.
De hecho, fueron los de Maroto los que pudieron marcar el cuarto en un remate que sacaba Diego bajo los palos. A la desesperada, los tormesinos trataron de llegar al área de Durán, pero la solidez y experiencia de los defensas segovianos se bastaba y se sobraba para proteger a su guardameta. A pesar de ello, a los quince minutos de la reanudación, Adrián llevaba algo de esperanza al bando de los locales al aprovechar un balón suelto en la frontal del área visitante y establecer el 1-3, pero fue un espejismo.
Quiso el Santa Marta, pero no pudo ante un rival bien plantado, con oficio y saber estar que tras un comienzo de temporada irregular está demostrando en los últimos encuentros, con dos empates y tres triunfos consecutivos que está recuperando su mejor juego y vuelve a ser aquella temible Gimnástica Segoviana candidata siempre a lo máximo.
