Sin excesiva rapidez pero sin pausa, la revolución egipcia continúa triunfando. Una conquista importante para los opositores al derrocado régimen de Hosni Mubarak llegó ayer con la detención del ex presidente, aunque éste continúa hospitalizado en la localidad costera de Sharm el Sheij con pronóstico «inestable». Quienes sí ingresaron de inmediato en una cárcel de El Cairo fueron sus hijos Alaa y Gamal.
En el último episodio conocido de un proceso judicial en el que han sido arrestadas numerosas figuras del sistema anterior, la Policía capturó a primera hora al antiguo máximo dirigente y a sus descendientes, con lo que se cumplió la principal reivindicación de los grupos que protagonizaron las revueltas en la nación.
Estas detenciones se produjeron justo después de que la Fiscalía General ordenara la captura por 15 días de los tres, acusados de abuso de poder y enriquecimiento ilícito, así como de estar implicados en el ataque contra los manifestantes durante las diferentes protestas populares que derivaron en la renuncia de Mubarak.
El ex líder del país se encuentra bajo arresto en el hospital de Sharm el Sheij, en el sur de la Península del Sinaí, y su estado de salud es «inestable», según informó una fuente médica.
El mismo responsable explicó que el veterano político está «bajo observación» en la tercera planta del centro, que tiene una sección de cuidados intensivos, y que «el equipo analiza su evolución muy de cerca».
Con esta información, la institución desmintió de manera categórica que el antiguo presidente hubiera sido trasladado a un hospital militar de El Cairo, como había comunicado previamente una fuente de los servicios de seguridad a la edición digital del diario estatal Al Ahram.
Mubarak, de 82 años, fue ingresado el pasado martes en el hospital de Sharm el Sheij tras sufrir una crisis cardíaca durante un interrogatorio judicial.
En cuanto a sus hijos, están presos en la cárcel de Tora, a las afueras de la capital, donde se encuentran recluidos varios representantes del régimen derribado, entre ellos el ex jefe de Gobierno Ahmed Nazif y los ex ministros del Interior Habib el Adli y de Turismo Mohamed Zuhair Garana.
Gamal, que se perfilaba como sucesor de su padre, y Alaa llegaron a El Cairo en un avión militar desde Sharm el Sheij, donde residía toda la familia desde la renuncia del patriarca a la Presidencia de Egipto el pasado 11 de febrero, tras 18 días de protestas. Los interrogatorios tuvieron lugar en esta localidad después de que el Ministerio del Interior advirtiera a la Fiscalía General de las complicaciones de que se celebraran en la capital, por motivos de seguridad.
Reformas necesarias
La secretaria de Estado de EEUU, Hillary Clinton, habló en la jornada de ayer acerca de la situación en el mundo árabe; pidió a estas naciones que hagan las reformas políticas y económicas necesarias para que el deseo de cambio que ha manifestado su pueblo no sea un simple «espejismo».
«Por primera vez en décadas, hay una oportunidad real para una variación duradera», destacó la mandataria demócrata, que señaló que la revolución, tras la caída de los líderes de Egipto y Túnez y con las protestas que continúan en Yemen, Siria, Libia y Bahréin, plantea preguntas importantes.
«¿Los ciudadanos y los políticos de Oriente Próximo y África del Norte continuarán con un enfoque nuevo y más integrador para solucionar los problemas que persisten, o según vaya pasando el tiempo iremos observando que las perspectivas de la reforma se desvanecieron?», se cuestionó la famosa dirigente.
En definitiva, Clinton pretende que se insista en el ánimo renovador, sin caer, evidentemente, en la violencia.
