El Carnaval no tiene fronteras, y las ganas de divertirse no se circunscriben a los límites de la capital. El fin de semana ha sido pródigo en actividades relacionadas con las fiestas carnavaleras y en todos los rincones de la provincia ha habido espacio para disfrutar de momentos de alegría vinculados siempre al disfraz, la música y el baile.
En localidades como Cantimpalos , las calles de la localidad se llenaron de piratas, superhéroes, dibujos animados, princesas y un gran número de personajes de ficción para participar en las actividades carnavaleras organizadas en este caso por el municipio. La animación y el buen ambiente se prolongaron hasta altas horas de la madrugada del sábado y continuaron bien entrada la mañana del domingo, en este caso con los niños como protagonistas.
En Otero de Herreros, Escalona del Prado y Hontanares de Eresma también hubo espacio para la diversión carnavalera. Las agrupaciones y comparsas mostraron su creatividad y sentido del humor en sus disfraces y cánticos con temas de actualidad. También en estas localidades los niños fueron actores principales de una fiesta que en algunos casos comenzó en las aulas de la escuela y que seguirá sin lugar a dudas en los próximos días coincidiendo con las minivacaciones escolares. Son estos algunos de los ejemplos que han llegado a esta redacción en las últimas horas, y a lo largo de los próximos días,serán muchos más quienes se sumen a esta fiesta.
Mayores y jóvenes comparten alegría en Nava de la Asunción
La relación intergeneracional existente entre los residentes de la Residencia de Personas Mayores «La Alameda», dependiente de la Diputación de Segovia, y los alumnos del IES Jaime Gil de Biedma, ambos de Nava de la Asunción se hace cada día más evidente. Desde comienzo de curso, los jueves se han convertido en el día en que los jóvenes realizan una visita obligada a este centro residencial donde los mayores les esperan con ansia por conocer la actividad que tendrán preparada. El pasado jueves, el auténtico protagonista fue el Carnaval y todos se enfundaron sus disfraces confeccionados a mano para participar en un divertido baile de máscaras y color. Tan sólo hicieron falta unas cuantas bolsas de basura y cartulinas de colores para vestir una indumentaria acorde con la ocasión y continuar demostrando que la diferencia de edad no es un obstáculo para tener muchas cosas en común.
Toda esta experiencia es contada en primera persona por los propios alumnos quienes, en la página web del instituto tienen reservado un espacio en el que cuentan sus experiencias en la Residencia bajo el título «No volveré a ser joven». Para ellos, participar en estas actividades «no es ningún proyecto obligatorio, sino un acto libre y voluntario, que aporta compañía, aprendizaje, diversión y respeto». Los alumnos, que en su blog dan las gracias a los profesionales del Centro, resumen la experiencia asegurando que «el resultado de este encuentro es un sentimiento de alegría grupal cuando llegamos al centro, puesto que tanto residentes como colaboradores, nos reciben con las manos abiertas cada día».
