La Policía Nacional detuvo en Ceuta a dos integrantes de una célula yihadista que estaba lista para atentar y cuyos perfiles son “coincidentes” con los de los terroristas que perpetraron los atentados de París el pasado enero.
Los detenidos, españoles de origen marroquí, formaban parte de la célula desarticulada el pasado 24 de enero en una operación bautizada ‘Chacal’, en la que fueron detenidos dos parejas de hermanos y miembros de la organización yihadista desarticulada.
La Audiencia Nacional asumió la investigació y el juez Pablo Ruz envió a prisión a tres de los cuatro arrestados por delitos de pertenencia a organización terrorista y tenencia ilícita de armas. Al cuarto investigado, que quedó en libertad, le impuso medidas cautelares por padecer una discapacidad psíquica, según indicaron fuentes judiciales.
Los dos presuntos yihadistas dentenidos ayer fueron arrestados en la barriada ceutí de El Príncipe, donde la Policía realizó sendos registros domiciliarios. Según Interior, la célula desarticulada se diferencia de otras en que no responde a los patrones habituales de redes de radicalización, reclutamiento y envío de activistas a lugares de conflicto, sino que era un grupo “plenamente operativo e integrado por individuos ya radicalizados y concienciados en la posible ejecución de atentados” tanto en España como en otros países.
Es más, Interior afirma que estos dos detenidos, igual que los cuatro arrestados en enero, “actuaban siguiendo las directrices impartidas por el líder” de DAESH (Estado Islámico) “a través de una poderosa y agresiva campaña de comunicación y difusión mediática en las redes sociales y páginas yihadistas de Internet”.
Asimismo, Interior destaca que los detenidos tenían perfiles similares a los que atentaron contra el semanario francés ‘Charlie Hebdo’ y contra un supermercado judío de París el pasado enero, “lo que evidencia su alto nivel de radicalización y potencial peligrosidad”.
En concreto, los detenidos estaban “preparados tanto física como mentalmente para la yihad» y adoptaban complicadas medidas de seguridad en sus desplazamientos y comunicaciones. Además, tenían acceso a la adquisición de armas de fuego en el mercado negro y una “clara predisposición para su uso”. De hecho, se les confiscó una pistola marca Glock. Para la Policía, su voluntad de realizar acciones armadas quedó patente en el enfrentamiento que tuvo uno de los detenidos en enero con los efectivos del Cuerpo.
La operación, que continúa abierta, estuvo a cargo de la Comisaría General de la Policía, en coordinación con la Brigada Provincial de Información de la Jefatura Superior de Ceuta y bajo la supervisión de la Fiscalía y el Juzgado de Instrucción 5 de la Audiencia Nacional.
