La Comisaría General de Información de la Policía Nacional detuvo durante la madrugada del jueves a ocho presuntos miembros de una célula terrorista yihadista en una operación desarrollada por la Policía Nacional, en colaboración con el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y Policía de Cataluña, en distintas localidades de las provincias de Barcelona, Girona, Ávila y Ciudad Real. Además, se realizaron diversos registros en domicilios en los que se encontraron varias armas.
Los ocho presuntos terroristas formaban una célula de propaganda conectada con el Estado Islámico. Entre sus funciones estaba la de difundir y enaltecer las acciones terroristas, reclutar adeptos para enviar a Siria e Irak, pero también lograr la radicalización de comunidades de personas en España para acabar cometiendo atentados en territorio español, según informó Interior.
Los detenidos, entre los que se encontraban seis hombres y dos mujeres, formaban una estructura “perfectamente organizada” y, siguiendo los dictados de la organización terrorista Estado Islámico (DAESH) y asumiendo completamente su ideario, actuaban de forma deslocalizada y autónoma. Además, adaptaban su estrategia y forma de proceder al escenario específico del territorio español.
radicalización Los ocho detenidos son españoles, y cinco de ellos tienen origen marroquí. Su fines eran servir como “aparato de propaganda” y divulgación masiva de la organización terrorista DAESH en España para lo que adaptaban los contenidos al idioma e idiosincrasia del consumidor nacional, inmigrantes o españoles de origen marroquí con nulo o bajo conocimiento del idioma árabe. De esta manera conseguían aumentar exponencialmente las posibilidades de que el mensaje radical fuera captado y asumido adecuadamente.
Buscaban poner en práctica en España de forma consciente la táctica de guerra conocida como “terror informativo”, habitualmente utilizada sobre el terreno por la organización matriz DAESH. Esta estrategia consistiría en la consciente y dirigida difusión de imágenes o vídeos especialmente maquetados, dotados de una estética concreta y en definitiva portadores de una demoledora crueldad, cuya finalidad última sería la de aterrorizar al conjunto de la sociedad occidental y neutralizar así sus defensas.
El grupo desarticulado estaba conectado con la organización terrorista DAESH a través de uno de sus operativos, quien tutelaba desde Siria e Irak las actividades de la célula neutralizada. Sobre este individuo pesa una reclamación judicial internacional por terrorismo, dada su vinculación con investigaciones anteriores de esta Comisaría General de Información del Cuerpo Nacional de Policía.
La que continúa abierta, se llevó a cabo bajo la supervisión y coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, y del titular del Juzgado Central de Instrucción número tres de la Audiencia Nacional, el magistrado Javier Gómez Bermúdez.
Esta actuación supone el décimo golpe en menos de dos años contra estas células terroristas dedicadas a la captación y envío de radicales a lugares de combate o incluso la planificación de atentados. Unos operativos que han dado lugar a más de 70 detenciones.
