Un choque armado entre soldados israelíes y libaneses en la frontera común provocó ayer cuatro muertos -dos soldados libaneses, un periodista de igual nacionalidad y un teniente coronel hebreo- y varios heridos, en el peor incidente que se registra desde hace cuatro años en una de las áreas más conflictivas de la región.
El enfrentamiento estalló después de que militares israelíes comenzaran a podar unos árboles al borde de una línea divisora marcada por la ONU hace 10 años, un gesto que en poco tiempo degeneró en un choque armado entre las tropas fronterizas.
Primero hubo disparos al aire, luego fuego cruzado y después, según las autoridades libanesas y fuentes militares occidentales, Israel atacó con piezas de artillería y con disparos desde un helicóptero de combate Apache.
Fuentes oficiales del país árabe dijeron que el recuento final de víctimas era de dos soldados libaneses y un periodista de la misma nacionalidad muertos, mientras que las autoridades de Israel admitieron que había fallecido un teniente coronel del Ejército. Los heridos no llegan a la media docena entre ambas partes, incluyendo un capitán hebreo.
El intercambio de disparos se prolongó durante varias horas, pero a última hora de esta tarde ya se había reanudado la calma en la zona, cerca del poblado libanés de Adeise, fuertemente custodiado por tropas militares libanesas y cascos azules de la ONU.
La zona está bajo control del destacamento español de la Fuerza Interina de la ONU en el Líbano (Finul), que ha pedido contención a ambas partes con el fin de evitar una escalada que pueda conducir a un conflicto mayor.
El jefe del Sector Este de la Finul, el general español Juan Gómez de Salazar, que llegó a Adeise para inspeccionar el puesto del Ejército libanés bombardeado por los israelíes, declaró que la misión de la ONU investigará en las próximas horas lo sucedido.
«Hay que esperar los resultados», insistió el general español, quien reveló que desde el lunes la Finul estaba en contacto con israelíes y libaneses porque Israel quería talar unos árboles en la línea limítrofe. Esos árboles se encontraban en la llamada línea azul fijada por la ONU en el año 2000 para marcar la hebrea israelí del sur del país árabe, que se mantuvo dos décadas, una demarcación que todavía hoy genera divergencias.
El Líbano considera que su territorio llega más allá de la línea azul, hasta la llamada valla técnica fijada por Israel, pero la Finul no considera una violación de la soberanía hebrea que las tropas del país de los cedros se movilicen por esa franja intermedia.
En Adeise, los habitantes de este poblado acogían calurosamente esta tarde a los soldados que habían participado en el incidente de esta mañana, con gritos de «Hamdelá al Salame» (Gracias a Dios que han regresado bien).
En la población de Kfarkila, en la misma zona, los habitantes del lugar pararon durante 10 minutos a tres blindados españoles, en señal de descontento por no haber defendido al Ejército libanés del ataque israelí, y se necesitó la intervención de las tropas libanesas para que se permitiera el paso del convoy.
El enfrentamiento armado se produjo en un momento de gran tensión en el Líbano, pues para ayer mismo el movimiento chiita Hizbulá había convocado celebraciones a fin de recordar el final de la guerra del 2006 contra Israel, que causó unos 1.200 muertos.
