Apenas dos meses después de las fiestas en honor a Nuestra Señora del Rosario, cuyos encierros dejaron mal sabor de boca a todos los colectivos y autoridades implicadas, parece que es momento de empezar a trabajar. La peña taurina ‘El Encierro’ ya ha comenzado con una propuesta de protocolo de los encierros, muy demandado en los foros y reuniones celebradas tras el desarrollo de estos. No han sido los únicos en dar pasos hacia adelante para solventar los problemas, ya que la Asociación ‘Encierros de Cuéllar’ también entregó un acta en el Ayuntamiento con las conclusiones obtenidas en el encuentro para la votación del trofeo a la mejor ganadería, desierto esta edición. Por su parte, el edil de Festejos, Luis Senovilla, también ha iniciado conversaciones con representantes de colectivos implicados.
La peña taurina ‘El encierro’ presenta en su documento una exposición de motivos por los que cree necesario un protocolo. “La suelta desde los corrales del río Cega y el traslado por el campo se han convertido en los últimos años en foco de atracción de miles de personas que intentan, desde los lugares y formas más insospechadas, participar como espectadores de esta parte de la fiesta”, argumentan. Aseguran que son cuestiones objeto de opinión entre los cuellaranos, y que “hemos asistido a una evolución de nuestro encierro que ha pasado de ser principal y participativamente urbano hasta los años 80, a extenderse la participación a todos los tramos del encierro, sobre todo el campestre”.
“Los hechos sucedidos en los encierros de 2015 han traspasado todo lo imaginable y entendemos que han resultado bochornosos para Cuéllar”, declaran; es por ello que creen que se ha evidenciado así la falta de un protocolo, unas medidas de actuación, información que todos los vecinos y visitantes de Cuéllar deben conocer. Afirman que la base de este documento debe ser la participación, por lo que animan a todos los ciudadanos, no solo a grupos políticos. Buscan aportaciones de todos los interesados, de personas de dentro y fuera de la villa, para lograr así llegar al mayor número de personas y “elaborar un documento que supere cualquier normativa, porque se trata de coincidir en cómo debemos proteger y promover nuestro encierro, cómo hemos decidido comportarnos ante cualquier situación del mismo que genere peligro”, manifiestan.
El documento elaborado por la peña taurina contempla siete secciones sobre las que actuar, que a su vez se dividen en más apartados. La primera de ellas es la promoción de los encierros; sin duda, su imagen se ha visto difamada y deteriorada este 2015 con hechos tan trágicos como un varón fallecido en el primer encierro y tres toros en el segundo.
Uno de los puntos más amplios es el de la organización general de los encierros. Dentro de él se enmarcan condiciones de encabestramiento, la elección del profesional para encerrar, el control de los caballistas -asunto muy controvertido este año por el desbordamiento de equinos en los pinares-, la elección de las ganaderías, la protección de las reses, el personal y las condiciones de los corrales, y temas más complicados como la actuación ante la escapada de las reses, su cambio, así como los vehículos y caballistas de apoyo; todo ello envuelto por otra cuestión condicionante: el presupuesto.
Otras secciones importantes son la propia organización de la suelta, la del recorrido campestre y la de la zona de ‘El Embudo’. En la suelta se plantean cuestiones como el acceso de vehículos -masificado en los últimos años-, la protección de los espectadores, la señalización de zonas de estancia y el control de acceso. Para el recorrido campestre contemplan igualmente la protección de los asistentes, las rutas alternativas y los descansaderos en el recorrido. Los problemas con la propiedad privada de un vecino que delimitó su pinar y la ausencia de descanso de los astados antes del propio descansadero se han hecho notar en esta edición. Por otro lado, ‘El Embudo’ es una de las zonas más peligrosas y a la vez con mayor afluencia de público, por lo que se estima un punto a considerar dentro del protocolo definitivo. Asimismo, la organización del recorrido urbano también supone un asunto a tratar.
No obstante, se recoge en el documento una sección, ‘situaciones anormales’, que genera una gran polémica. Qué hacer cuando no entra el encierro, si habría uno alternativo o cómo reaccionar si se desarrollan actos antitaurinos no programados son algunos de esos puntos.
Las asociaciones relacionadas con la fiesta de los encierros, como cita la peña taurina en su documento, “siempre han luchado por un órgano supramunicipal que dedique sus esfuerzos a los encierros, que permanezca en el tiempo y cuyo objetivo no sea decidido por el político de turno”. Afirman también que parece “difícil lograrlo, al menos a corto plazo”, pero de ahí surge la idea de promover un protocolo de actuación participativo, que muestre información del encierro a los cuellaranos: cómo y desde dónde verlo, qué hacer ante un toro escapado, el control que se requiere en ‘El Embudo’ y otro tipo de cuestiones que hasta ahora han funcionado por inercia.
Hasta los festejos de 2016 y dados los antecedentes, parece que el tema taurino va a generar controversia con el objetivo de mejora que repercuta en los ámbitos, tanto personales como organizativos de todos los colectivos.
