Oportunismo o cerrazón. El PSE-EE volvió ayer a reiterar, esta vez por boca del lehendakari, Patxi López, que la responsabilidad de que Bildu pueda gobernar en las principales instituciones de Guipúzcoa no es suya sino del PNV, por lo que pidió al partido presidido por Urkullu que abandone su «ambigüedad calculada» en este asunto.
López se refirió así a la situación postelectoral que ha quedado en San Sebastián y en la provincia. De hecho, instó a los nacionalistas a llegar a un acuerdo que garantice Gobiernos que «no paralicen» los proyectos estratégicos de Euskadi que, a su juicio, peligran si Bildu controla las instituciones.
En este sentido, el político de Barakaldo criticó que los jeltzales «respeten más a Bildu que a los socialistas», y advirtió a los nacionalistas de que no pueden esperar su apoyo en la Diputación de Guipúzcoa si el próximo 11 de junio rechazan, tal y como anunciaron el pasado lunes, a los candidatos socialistas en la constitución de los ayuntamientos.
«Que alguien que, por definición, tenga en su planteamiento inicial despreciar al PSE-EE y confiar en esa coalición, no puede pretender que luego le apoyemos, me parece ilógico. Además, no pueden decir que son agentes inocuos», apostilló, para luego añadir: «Siempre han puesto responsabilidad de país por encima de las siglas».
El líder progresista, a diferencia de lo declarado por el presidente del PNV de Guipúzcoa, Joseba Egibar, quien dijo que se esperaba un mes de junio largo, opinó que el horizonte temporal de la negociación finaliza el 11 de junio, el día en el que se constituyen los Consistorios. Con gran ingenio, López consideró que el PNV quiere «comer sopas y sorber».
Mientras, desde Moncloa no estaban para muchas bromas, y el portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, José Antonio Alonso, garantizó que su formación no llegará a ningún tipo de acuerdo con Bildu, porque «con esa gente no hay que ir a ningún sitio».
Eso sí, el dirigente progresista no incluyó la posibilidad de sentarse, como así hicieron los segundos espadas del PSE-EE, que se reunieron con los independentistas para analizar el mapa poselectoral y hablar de posibles acuerdos, posibilidad que luego quedó descartada.
No obstante, el cabeza de lista de Bildu a la Diputación de Guipúzcoa, Martín Garitano, piropeó a los socialistas, destacando que «son determinantes en este nuevo tiempo político y deben tener un papel importante en el mismo», al tiempo que mostró su disposición a lograr alianzas «puntuales».
En el seno de la coalición nadie tira la toalla. Como su portavoz y secretario general de EA, Pello Urizar, que no dio nada por sentado, ya que Urkullu «todavía no ha hablado», y de las últimas manifestaciones de Patxi López se puede realizar «otra lectura».
Mucho más incisiva se mostró la representante de Batasuna, Miriam Beitialarrangoitia, que pareció negociar por Bildu, ya que sostuvo que la izquierda abertzale está dispuesta a hablar con el PNV no «en clave de Guipúzcoa», sino «de Euskal Herria».
