Unas 7.500 personas, según la organización, se dieron cita ayer en el emblemático barrio del Cristo de Palencia con motivo de la celebración de la Romería de Santo Toribio, acto central de las fiestas del barrio del Cristo de la capital palentina y declarada de Interés Turístico Regional desde hace seis años.
Tras la eucaristía, que ofició por primera vez el obispo de Palencia, Esteban Escudero, la corporación municipal, encabezada por el alcalde de la ciudad, Heliodoro Gallego, se desplazó hasta la ermita del Cristo, situada a escasos metros de la insigne escultura de Victorio Macho.
Desde allí, ‘apedrearon’ a los miles de palentinos y visitantes que, desde primeras horas de la mañana, se agolparon frente al balcón, con más de 5.000 bolsas con pan y queso, elaboradas para la ocasión por miembros del Colegio San Agustín. El buen tiempo favoreció la presencia masiva de gente, que durante los aproximadamente quince minutos que duró la pedrea, trataron de hacerse con alguna de las bolsas que la corporación municipal, los miembros de la Asociación de Vecinos del barrio y el Grupo ‘Pandillas’ lanzaron desde el balcón del templo.
La fiesta celebrada en el emblemático barrio palentino rememora cada año la lapidación que sufrió en el año 530 el Santo Toribio por predicar contra los priscilianistas y ser considerado un hereje. Después, el clero y los palentinos se arrepintieron al desbordarse el río Carrión y considerar que la catástrofe fue un castigo por lapidar al anacoreta. De ahí que cada año se lancen bolsas de pan y queso con una imagen y la leyenda del Santo Toribio, patrón del barrio del Cristo.
De forma paralela, se instaló una caseta en la que se vendieron al precio simbólico de un euro bolsas de pan y quesillo, para todos aquellos que no consiguieron una en la ‘pedrea’. El objetivo de esta iniciativa es “que niños y gente que no puede entrar a coger las que se lanzan desde el balcón puedan tener su bolsa, porque hay algunos que se llevan hasta 50 y otros ninguna”, bromeó el concejal de Cultura y Turismo del Ayuntamiento, Ángel Luis Barreda.
Una vez finalizado el acto central comenzó el descenso desde el cerro. Las miles de personas que se acercaron hasta este barrio palentino disfrutaron en las campas cercanas de un buen almuerzo y pudieron degustar al aire libre limonada, tortilla, sardinas, torreznos o chorizos. Otros muchos optaron por recorrer los distintos puestos del mercadillo en el Paseo del Otero con motivo de la celebración de las fiestas del barrio.
