Nancy Lanza, de 52 años, fue la primera víctima del responsable de la matanza escolar en Connecticut, su propio hijo. Definida por su entorno como una mujer amable, preocupada por su problemático pequeño y amante de las armas. Según su antigua cuñada, Marsha Lanza, había comprado pistolas porque vivía sola con su vástago en una gran casa.
Y es que el único que residía con Nancy, Adam, fue quien acabó con su vida pegándole dos tiros en la cabeza antes de dirigirse a la escuela de Sandy Hook, donde mató a 20 niños y seis adultos antes de suicidarse al oír llegar a la Policía. Aunque inicialmente se señaló que Nancy era profesora en el centro, el colegio desmintió que figurase en la plantilla. Según Marsha, había ejercido solo de ayudante escolar.
Sin embargo, los conocidos de la progenitora no saben decir cómo se ganaba actualmente la vida. «No tenía que trabajar porque Peter, el padre de Adam, la dejó muy acomodada cuando se divorció en 2009. Como parte de su acuerdo de separación, se quedó con la casa», aseguraron. Nancy y su pequeño vivían solos en un acomodado vecindario, por lo que veía las armas como un modo de protección. «Tenía una colección de pistolas amplia y estaba orgullosa de ello. Amaba disparar», añadió la excuñada. Además, y según sus amigos, a menudo llevaba a sus hijos a campos de tiro. Nancy, Adam y Ryan, su otro descendiente, iban a practicar como una auténtica familia.
Pero la excuñada aseguró que Nancy le hablaba que Adam «era un chico inestable». Al parecer padecía un trastorno del desarrollo. «Era muy protectora con él», afirmó. Este celo llevó a sacar al joven del sistema escolar público porque no estaba de acuerdo con los planes y decidió darle clase en casa.
Ahora bien, si fue Nancy Lanza una instigadora de la actuación de su vástago, ya no se sabrá. Pero lo que está claro es que el debate sobre las armas está presente en EEUU. Así, la senadora demócrata por California, Dianne Feinstein, anunció que presentará ante el Congreso una proposición de ley para prohibir los fusiles de asalto.
Por su parte, el presidente Barack Obama, que de momento no se ha pronunciado a este respecto, visitó Newtown y acudió a una vigilia interconfesional.
En el lugar de los hechos, la Policía continúa su investigación para comprender por qué un chico de solo 20 años mató a más de una veintena de personas, un hecho que ha traumatizado al país.
