San José se volcó ayer en la escenificación de la Pasión, un espectáculo que trasciende el sentido religioso para convertirse en un acontecimiento social, posiblemente el más importante que tiene lugar en el barrio a lo largo de todo el año.
Desde que el vía crucis comenzó, en la iglesia parroquial, hasta que acabó, también en el templo, los feligreses de San José y muchos otros, llegados de toda Segovia, siguieron el itinerario establecido, que presentaba varias novedades con respecto a anteriores ediciones.
La bonancible temperatura propició que el público, alrededor de 3.000 personas, se agolpara en las 14 estaciones. En cuanto a la representación en sí, cada año va mejorando, con la introducción de nuevos detalles, lo que ha acabado convirtiendo este vía crucis en cita imprescindible en el Viernes de Dolores segoviano.
A nivel religioso, la representación cumplió con creces su objetivo primigenio, el de catequizar a los fieles. En ese sentido, la escenificación de San José ejerce el mismo papel que los capiteles románicos durante la Edad Media. Y, al igual que éstos, este vía crucis ha entrado ya a formar parte del acervo cultural de la ciudad de Segovia.
