Los andamios han comenzado a cubrir el perímetro exterior de los ábisdes de las naves laterales y el cimborrio de la iglesia de San Millán, una de las joyas del románico segoviano, como paso previo al inicio de las obras de rehabilitación de las cubiertas , un proyecto que se antoja necesario antes de la llegada del mal tiempo para evitar las filtraciones en el interior del templo y paliar de esta manera los daños que la acción del tiempo comienza a hacer evidentes en su estructura.
La parroquia de San Millán ha asumido integramente el coste de estas obras, que parten con un presupuesto inicial de 15.000
euros que presumiblemente pueda verse incrementado al comenzar, según explicó el párroco Jesús Cano. “Las obras en un edificio histórico como el nuestro son imprevisibles y es fácil que tengamos que resolver sobre la marcha algunos problemas añadidos que elevarán un poco más el presupuesto —explicó el sacerdote— pero estamos muy satisfechos y muy agradecidos por la generosa respuesta de toda la feligresía, que con sus aportaciones está haciendo posible que podamos llevar adelante estas obras”.
Cano lamentó que un templo de la importancia de San Millán, que cuenta con la declaración de Bien de Interés Cultural, no haya recibido ningún tipo de ayuda por parte del Gobierno regional, y expresó su preocupación por la “demora indefinida” de la puesta en marcha de un plan director de restauración que fue presentado hace siete años a la Junta de Castilla y León sin que se haya obtenido respuesta por su parte.
“Hasta ahora, todo lo que se ha hecho de rehabilitación en el templo ha sido a costa de sus feligreses —precisó el párroco— ya que la intervención en las cubiertas de la parte norte también fue costeada por la parroquia”.
Asimismo, el sacerdote expresó su preocupación por el constante deteriroro de la piedra caliza que forma muros y capiteles, ya que su degradación —comienza a poner en riesgo no sólo los elementos decorativos, sino la propia estructura, por lo que sería necesaria una intervención más concienzuda sobre todo en la parte norte, que es la más afectada por el frío y la humedad—.
Joya románica
San Millán es una de las iglesias más antiguas de la ciudad, cuya fábrica refleja la influencia de la arquitectura ronánica aragonesa, al reproducir en su planta la de la catedral oscense de Jaca a menor escala.
Su construcción se llevó a cabo entre 1111 y 1126 durante el reinado de Alfonso I el Batallador, y tiene algunos elementos originales distintivos como la torre, resto mozáabe probablemente del siglo X que pertenecía a una antigua iglesia de los moradores cristanos de la ciudad a finales del siglo XI.
En el interior del templo se conservan en sus ábsides las imágenes de La Soledad al Pie de la Cruz y el Santísimo Cristo en su Última Palabra, cinceladas por el segoviano Aniceto Marinas, y que forman parte de la imaginería procesional de la Semana Santa segoviana.
