El empeño del Gobierno por compartir su fracaso económico con la oposición promete acabar en un nuevo ridículo. Después de que la ministra de Economía, Elena Salgado, anunciara el jueves que había entregado a los partidos un documento definitivo al que las formaciones deberían adherirse el lunes en el marco del llamado Pacto de Zurbano, ni un solo grupo parece dispuesto a disimular la soledad del Ejecutivo, único responsable de las cotas astronómicas del déficit y el desempleo.
Rotundo se mostró al respecto el presidente del PP, Mariano Rajoy, quien anunció que no firmará dicho texto, porque no está dispuesto a contribuir a «una foto inútil», ni a ser «cómplice de una política que traerá mas crisis y más impuestos». Así lo explicó durante su reunión con los portavoces económicos del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso, donde señaló que las 54 medidas propuestas por el Gobierno no resolverán el desempleo, y que el PP «no va a engañar» a los ciudadanos.
No obstante, reiteró que su partido apoyará todas las medidas puntuales que puedan ayudar a salir de la crisis, como la rebaja del IVA a los servicios de atención a la dependencia y a las reformas domésticas en las viviendas.
«El documento certifica la frustración de expectativas para poder abordar la salida de la crisis», aseveró Rajoy tras apuntar que el Ejecutivo busca una coartada por su incapacidad para tomar decisiones políticas. Acto seguido, lamentó que el Gobierno haya dado a los grupos un documento cerrado, que no admite discusión, lo que demuestra -en opinión del presidente de Génova- «el nulo interés por negociar las propuestas». «Nada se habla de reforma fiscal, de bajada de cotizaciones de cambios laborales, de unidad de mercado, de aumento de competencias en sectores estratégicos, como la política energética, las infraestructuras, la educación o la formación profesional», resumió Rajoy.
Y, si previsible por conocida era la postura del PP, sorprende bastante más el rotundo no expresado por el resto de formaciones.
CiU, por ejemplo, a través de su portavoz en el Congreso y líder de UDC, Josep Antoni Duran, avanzó que la federación no secundará el acuerdo, aunque, para ser consecuente con la tradicional actitud de los catalanes, dejó claro que no tendrán «ningún problema en negociar» si el Ejecutivo acepta incluir sus propuestas.
También le dio un portazo al Gobierno BNG, tradicional aliado de los socialistas, quien advirtió de que no se prestará a actuar de «extra para la foto» que pretende convocar el Gabinete en el Palacio de Zurbano, y criticó que no se hayan abordado «de forma seria» las conversaciones para buscar un pacto con la oposición. «Si lo que quiere Zapatero son extras para una foto, que vayan a otro sitio a hacer el casting», zanjaron los gallegos.
Muy similares fueron los argumentos de IU, que no estará en la «foto de Zurbano» y no acudirá a la próxima reunión del pacto anticrisis, porque el documento presentado por Salgado no apuesta por una «salida social» a la difícil situación. El líder de la formación izquierdista, Cayo Lara, explicó que «desgraciadamente», las 54 medidas planteadas por la ministra no abordan la raíz del problema: la lucha contra la economía sumergida y el fraude fiscal -uno de cada cuatro euros que se generan no paga impuestos, según detalló-. Además, el Gobierno «ha renunciado» a abordar una reforma fiscal «efectiva», a la creación de empleo público y ha aplicado un «duro» ajuste del gasto (5.000 millones de euros) que tendrá un efecto negativo en la recuperación.
El siguiente desplante correspondió a la jefa de UPyD, Rosa Díez, que anticipó su rechazo a un texto que no responde «ni a la expectativas, ni a las necesidades» de la economía.
Coalición Canaria, ERC y el PNV se sumaron a última hora al aluvión de negativas y anunciaron que, por «precipitado» y «decepcionante», no acudirán el lunes a la firma del pacto.
