Mientras los miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobaron ayer que actuarán bajo el Capítulo VII de la Carta de la ONU si no se cumple el desarme químico en Siria, los inspectores de este organismo internacional anunciaron que van a investigar informaciones sobre siete incidentes en torno a Damasco después del ataque con este tipo de armamento el pasado mes de agosto, bajo la sospecha de que también se pudo haber utilizado gas sarín en la matanza.
Según precisaron desde la institución con sede en Nueva York, los trabajos sobre la zona comenzarán el próximo miércoles, después de que se elabore un «informe exhaustivo» al respecto.
Un día antes, los expertos de la ONU para la Prohibición de Armas Químicas (OPWC por sus siglas en inglés) empezarán a inspeccionar el arsenal de este tipo de material bélico, después de que el Gobierno de Bachar al Asad aceptara hace unos días entregar y destruir el arsenal de la nación árabe.
Además, los enviados especiales también aprovecharán para investigar el presunto ataque con gas prohibido en la localidad de Alepo el pasado mes de marzo, un acto del que las autoridades locales acusan a los rebeldes de haber matado a 25 personas, incluidos 26 soldados. Mientras, la insurgencia señala a las fuerzas gubernamentales como autores de la masacre.
La misión de la OPWC se incluye dentro de la resolución que se aprobó ayer en la reunión del Consejo de Seguridad, que al cierre de esta edición no había concluido, y que da instrucciones a Siria para que garantice la protección de los ciudadanos y facilite acceso «inmediato y sin restricciones» a los inspectores a todos los lugares, ya que, de no hacerlo, se celebraría una reunión del Consejo Ejecutivo de la OPWC en un plazo de 24 horas.
El régimen de Damasco debe presentar detalles adicionales de su arsenal, incluidos los tipos de munición, la cantidad de precursores y toxinas, y el lugar en el que se encuentran todos los lugares de almacenamiento y producción en el plazo de una semana.
El Gobierno designará a una persona para que se encargue del arsenal químico y antes del 1 de noviembre debe haber completado la destrucción de todas las instalaciones de producción y fabricación de este tipo de armas, aclara el texto.
Además, el Consejo de Seguridad actuará bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas, que contempla el uso de la fuerza, si Al Asad no cumple la hoja de ruta para su desarme químico, según la resolución. «En caso de incumplimiento de esta resolución, incluido el traspaso no autorizado de armas químicas o cualquier uso de material prohibido por parte de cualquiera en Siria, imponer medidas bajo el Capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas», reza el borrador.
Los cinco miembros permanentes decidieron que el país árabe «no debe usar, desarrollar, producir, adquirir, almacenar, retener o transferir -directa o indirectamente- armas químicas a otros estados o actores no estatales», ya que «cualquiera de esas actividades supondría una amenaza para la paz y la seguridad internacionales.
Así, respaldaron «la decisión adoptada por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPCW), que contiene procedimientos especiales para la rápida destrucción del programa de armas químicas de Siria y una estricta verificación».
