En la guerra civil en Siria hay «bastantes motivos» para creer que se usaron armas químicas en al menos cuatro ocasiones. Así lo aseguró ayer en Ginebra la comisión creada por el consejo de Derechos Humanos de la ONU para analizar el conflicto. Además, el ministro de Exteriores francés, Laurent Fabius, incidió en que pruebas llevadas a cabo por su país demostraron que en la nación árabe se empleó gas sarín «en varias ocasiones», y apuntó al Gobierno de Damasco como el culpable.
Para Naciones Unidas, la mayoría de los indicios apunta a las tropas gubernamentales, si bien no se puede descartar que los rebeldes hayan conseguido tener acceso también a este tipo de armamento.
Tal y como desveló el organismo internacional, los cuatro ataques en los que se usaron «químicos tóxicos de manera limitada» tuvieron lugar en las provincias de Alepo, Idlib y Damasco el 19 de marzo y el 13 y 19 de abril.
Mientras, Fabius insistió en el uso «localizado» de gas venenoso en varios combates y agregó que «sería inaceptable que los responsables de estos crímenes no fueran castigados», por lo que instó a la ONU a implementar su investigación en el país sobre el régimen de Al Asad «y sus cómplices».
