El último episodio de ola de calor intenso y continuado que ha vivido Segovia se ha cerrado sin especial incidencia sanitaria, de acuerdo con los datos aportados por la Gerencia de Salud y por los profesionales que atienden los servicios de urgencias en los centros sanitarios de la provincia.
Tan solo se ha registrado un ingreso hospitalario relacionado directamente con las altas temperaturas. A su vez, desde los institutos de Medicina Legal no se comunicó fallecimiento alguno vinculado de forma directa con el calor.
El presidente del Colegio de Médicos de Segovia, Enrique Guilabert, señaló que la actividad en los centros de urgencia ha atendido algunas incidencias, aunque no especialmente graves. «Ha habido gente con síntomas de deshidratación, por problemas de alcoholismo y se han atendido a algunos bebés». Según dijo, la mayor parte de la población adulta es consecuente y toma las debidas precauciones como evitar la exposición excesiva al sol o la ingesta de líquidos con frecuencia. Sin embargo alertó de que todavía existen algunos «insensatos» que se exponen a actividades que calificó de ‘alto riesgo’, como puede ser realizar deporte en las horas centrales del día, cuando las temperaturas son muy elevadas.
«Un golpe de calor —explica Guilabert— supone un caos, un desastre en el organismo que provoca una disfunción con alteraciones neurológicas y multiorgánicas, de modo que el cuerpo humano, cuando se alcanzan temperaturas de más de 40 grados, pierde su capacidad para autorregular su temperatura normal».
El presidente de los médicos recuerda que la población más sensible es la anciana y los bebés, que no son conscientes de la necesidad de hidratarse con frecuencia. Según dijo, todos los años Segovia soporta algunos días de calor con temperaturas elevadas, pero no es frecuente contar con períodos de tiempo tan prolongados como este año, en que se han soportados dos olas de calor. Tampoco es comparable el verano de Segovia con el de otras zonas del Sur de la península.
El caso de la hospitalización en Segovia supone una pequeña parte del conjunto regional, donde se han contabilizado 112 asistencias. La mitad de ellas son procedentes de Atención Primaria (58 por ciento), 32 de la Gerencia de Emergencias Sanitarias (28,6 por ciento) y 13 de Atención Especializada (11,6). Además, los centros sanitarios privados, a través de los Servicios Territoriales de Sanidad y Bienestar Social, han comunicado dos atenciones (1,8 por ciento).
De los 112 casos notificados destaca que un tercio de ellos (40, el 35,7 por ciento) fue notificado en los dos últimos días del mes de junio, mientras que 33 casos (el 29,5 por ciento) se registraron del 22 al 28 de junio. En la primera semana se registraron 18 casos (16,1 por ciento), en la segunda doce (10,7 por ciento) y en la tercera nueve (8 por ciento).
La provincia que más asistencias ha registrado ha sido Burgos (20, un 17,9 por ciento), seguida de Valladolid (17, un 15,2 por ciento) y León (16, un 14,3 por ciento) y la que menos Soria (cuatro, un 3,6 por ciento). Se han atendido en total 110 personas, 69 hombres (62,7 por ciento) y 41 mujeres (37,3 por ciento) y la edad media de los pacientes atendidos ha sido de 45,3 años, con un rango de edad comprendido entre los dos y los 94 años.
El diagnóstico más frecuente fue «golpe de calor e insolación», que se realizó en 74 pacientes (67,3 por ciento), seguido en frecuencia por los «efectos no especificados del calor» diagnosticados en el 28,2 por ciento de los casos (31 pacientes) por la Gerencia de Emergencias Sanitarias y facilitados ayer.
Carencias en los centros de atención.-El presidente del Colegio de Médicos, Enrique Guilabert, explicó que una de las quejas que ha recibido dentro del mundo sanitario procede de aquellos profesionales que trabajan en los Centros de Salud o Puntos de Atención Continuada (PAC) ubicados en edificios con deficiencias en su construcción o que carecen de sistemas de refrigeración adecuados.
Según Guilabert, realizar guardias médicas de 24 horas de duración en estos lugares, donde resulta difícil combatir el calor, resulta «muy complicado para una actividad que requiere una alta dosis de concentración». «Estar 24 horas en un local con temperaturas próximas a los 30 grados te trastorna y desquicia», señaló a la vez que reconoció el esfuerzo que se requiere en otros oficios que se realizan a la intemperie, pero señaló que la atención sanitaria precisa de cierta «concentración y capacidad de respuesta».
En esta misma línea, Guilabert, explicó que los centros de salud dependen de la Junta de Castilla y León y suelen estar mejor equipados que los CAP, los cuales dependen de los ayuntamientos, cuyos recursos económicos son menores y hace que estos centros estén «infradotados».
Además recordó que en la mayoría de los CAP, las guardias las realiza un médico que se queda solo, y que tiene dificultades para atender posibles casos graves como una parada cardiorrespiratoria «donde el trabajo complementario de médico y ATS puede resultar vital».
