Ante la llegada del verano y la época de vacaciones ¿Cómo se viven estos días en un municipio que se ha convertido en núcleo comercial y en parte en dormitorio de muchos segovianos?
Estamos preparando las fiestas de agosto y la Semana Cultural previa. Hemos tenido que acortar días por la crisis, y estoy sorprendido porque la respuesta ha sido muy positiva por parte de los vecinos. Todo el mundo se está tratando de implicar. No por tener menos recursos las fiestas van a ser menos; y quiero agradecer el esfuerzo de mis compañeros de equipo y de los vecinos.
¿Tendrá problemas de abastecimiento de agua La Lastrilla este verano?
Esta semana he estado observando la situación del pantano de El Pontón. Las tormentas de días atrás han permitido acumular agua, y espero que venga bien la temporada. El agua es una preocupación de los cuatro municipios que integramos la Mancomunidad de La Atalaya. Se perdió una oportunidad importante cuando a través de la Diputación se intentó afrontar este tema y crear nuevas infraestructuras. Ahora dependemos mucho del clima. Nos gustaría que la Confederación se tomara en serio eset asunto. Cuando el río Cambrones lleva poco agua, tenemos que bombearlo desde el embalse. Pero confío en que no tengamos dificultades.
También ha habido aguas revueltas en el interior de la Corporación este invierno. Ha habido algunas dimisiones, la última de Juan José Velasco, concejal de Deportes. ¿Cómo se ha reorganizado el Ayuntamiento?
Este tipo de problemas se produce hasta en las mejores familias. Aunque en el equipo de Gobierno representamos a un partido, cada uno tiene unas ideas que tratamos de desarrollar. Lo que ocurre es que cuando se arriesga tanto, tanto en esta legislatura como en la anterior, donde de siete concejales, cinco eran nuevos, nos pasan estas cosas y estas sorpresas. No es porque lo estemos haciendo mal, sino porque hay distintas ideas que se llevan a cabo. Ha habido dos dimisiones, una, la del teniente alcalde, José Luis Mosácula, fue muy ruidosa y muy a pesar mío. Es una persona que aprecio mucho y muy válida; pero él decidió marcharse. Pienso que fue influenciado por personas que no están en la Corporación. Y la última, la de Juan José Velasco, era lógico que dejara el cargo porque estaba en paro y al encontrar un trabajo que podía ser incompatible con el puesto de concejal optó por su empleo. Somos amigos y es una persona muy peculiar. Ahora el equipo de Gobierno es una piña y estamos trabajando bien, conscientes de la mala situación en que estamos todos.
¿En qué medida ha cambiado esa situación económica del Ayuntamiento?
Como ejemplo diré que hace tan tres o cuatro años ingresábamos más de 200.000 euros anuales procedentes del Impuesto de Construcciones y Obras (ICIO), y ahora esa cantidad no pasa de los 40.000 euros. Ese colchón para hacer cosas ha desaparecido y se deja sentir en la disponibilidad de recursos. Ahora debemos ver dónde podemos ahorrar para que nuestros vecinos no noten ninguna rebaja de las prestaciones. Por ello trabajamos para ahorrar y cumplir con nuestras obligaciones.
Según las últimas cifras del Ministerio, la deuda vida de La Lastrilla es de 1.5 millones de euros (445 euros por habitante) ¿Será fácil asumir esa deuda?
En principio será fácil. A 31 de diciembre no debíamos nada. Tenemos un crédito al que hay que hacer frente, pero está permitido por la Ley de Presupuestos y estamos cumpliendo con ese préstamo y con los proveedores. Puede que lleguemos a final de año con algún problemilla en cuanto a retraso de pagos, pero seguimos trabajando para buscar dónde ahorrar, siempre sin dejar de atender las peticiones de los vecinos y nuestras obligaciones.
¿Se nota también la situación económica y de construcción en la población de La Lastrilla?
Ha habido un parón de la construcción y de algunas actividades, pero tenemos todas las semanas 20 ó 30 altas en el padrón, aunque también ha bajado el número de emigrantes que residían en el municipio debido a la crisis.
Se puede decir que Vicente Calle es un veterano de la política municipal y de los negocios.
Me considero una persona pública a la que le ha gustado siempre estar en la calle, y me ha pasado en mi negocio donde me gustaba estar fuera de la cocina. En el municipio me pasa lo mismo. Llevo 21 años dedicados a él y es un orgullo poder trabajar para los demás. Creo que los que estamos en el equipo de Gobierno trabajamos para hacer bien para los vecinos. Todo este tiempo me ha llevado a ser una persona comedida, y eso lo trato de llevar a nivel municipal, lo cual me ha permitido alcanzar muchos acuerdos con la oposición.
¿Qué opinión le merece el nuevo modelo de ordenación territorial?
Es un tema que venimos hablando a menudo largo y tendido. Creo que es algo que está todavía muy verde y no sabemos qué va a pasar con las mancomunidades, y que si los distritos son voluntarios qué respuesta va a haber.
Pero debe estar hecho todo antes de final de año, según las previsiones de la Junta.
Pero antes necesitamos saber cómo se gestionan esos distritos, si es voluntaria su participación en ellos, si nos interesa o no, o cómo se van a formar. Antes del verano hubo la última reunión informativa pero aún quedan muchos interrogantes. Todo lo que se empieza a hacer lleva mucha incertidumbre. Es como un teléfono móvil, que se aprende a manejar con el uso. Creo que los ayuntamientos se van a quedar sin contenido y entonces ¿para qué voy a ser alcalde, si no voy a tener competencia? Debemos conocer más y qué es lo que nos va a conllevar todo esto. Hay competencias que van a desaparecer y veo por el momento que se nos plantean muchas interrogantes.
