Lástima que el festejo mixto no pudiera culminar a causa de la lluvia torrencial que comenzó a caer nada más comenzar la lidia del tercer novillo y que obligó a la suspensión del festejo. Se habían anunciado cuatro novillos utreros, dos para rejones y dos para picadores y dos novillos erales para la rejoneadora Joana Andrade, el novillero con caballos Carlos García y el novillero Joaquín Carrio. Tan sólo se lidiaron tres ejemplares.
La plaza registró llenó. Presidió Carlos Barragán. La reina de las fiestas y damas de honor y la reina de las fiestas de mayores junto al alcalde de la villa, Jesús Grande, ocuparon sitial en la zona de presidencia. Buen ambiente y mucha expectación en torno a este festejo en el cual figuraban los dos toreros paisanos Carlos García y Joaquín Carrio más la presencia de la guapa rejoneadora lusitana Joana Andrade.
Estaba previsto que actuara en primero y cuarto lugar, pero las circunstancias en forma de lluvia únicamente la permitieron abrir plaza. Vestida a la federica con bonita casaca malva, la amazona desarrolló buena labor con monta excelente y falopes muy medidos y acompasados a la embestida del burel, éste mansote. Clavó rehiletes a una mano, magnífico el primero, fácil el segundo, discreto el tercero y excelente un palitroque corto al cuarto yendo a pitón contrario. Soltura y elegancia en el porte de la guapa Joana que tuvo momentos de sentido toreo a caballo, pero con el astado reculado en tablas ya no hubo manera de entrar a matar de forma correcta y normal. Se la fue el tiempo en intentos baldíos hasta tener que escuchar las tres avisos. El sobresaliente terminó con el novillo.
CARLOS GARCIA También un único novillo, un utrero de tan sólo regular juego al que ejecutó lances de irregular ejecución. Al natural cuajó buenos muletazos mostrándose firme y resolutivo. Tuvo mérito el de Villacastín por lo muy poco que torea, ya que esta novillada era la primera de la temporada tras su debú con picadores en Cuéllar en septiembre del pasado año. Valeroso y cumplidor sacó pases en redondo de muy buen son y con gusto y estética. Faena pues con fases de inspiración torera en la cual fluyeron los momentos más trascendentales. Pinchazo y buena estocada y dos merecidas orejas.
JOAQUIN CARRIO Entre un aguacero desarrolló su labor torera el novillero paisano. Siete magníficas verónicas y ceñida media de remate. Rehileteó con lucimiento en dos pares que fueron fuertemente ovacionados. Toreo de gusto y composición correcta, con muletazos en redondo jugando mano y cintura en exquisita componenda. Aguantando lo que se venía encima, cuajó faena variada hasta culminar con el acero, cortando las dos orejas.
Acabó la función con el público abandonando la plaza entre un diluvio que «aguó» la fiesta que continuó en otro sentido ya en la población.