La música tiene más capacidad de generar emociones que la pintura, según las conclusiones de un estudio realizado en varios países en el que participaron investigadores de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y el Conservatorio Profesional de Música de Alicante.
Para llevar a cabo la investigación, los responsables del estudio estudiaron cómo influyen varias piezas de música y varios cuadros sobre un grupo de voluntarios que, primero, fueron expuestos a las obras de forma independiente y, después a una pieza de música y un cuadro, para valorar cómo variaba su impresión sobre las mismas al combinarse.
Los resultados de la investigación, que fueron publicados en la revista ‘Spanish Journal of Psychology’, muestran que la interacción entre los dos formatos (música y pintura) es desigual y que, por ejemplo, la música incrementa el valor agradable de unapintura pero, cuando se evalúa la influencia de la pintura sobre la música, este efecto no se produce.
“El estado afectivo que puede producir escuchar música es más intenso que el provocado por la contemplación de una pintura”, asegura el investigador de la Facultad de Psicología de la UCM Javier Campos-Bueno.
Los responsables del estudio indican también que hay algunas piezas musicales con mayor capacidad de generar algunas emociones. Por ejemplo, dos canciones de películas de Disney (el ‘góspel’ del inicio de la película ‘Hércules’ y un fragmento de la marcha del príncipe Alí en la película ‘Aladdín’) junto con la novena sinfonía de Beethoven fueron los fragmentos musicales con “las puntuaciones más altas”, las más capaces de generar “felicidad y excitación”.
En el lado contrario, la banda sonora de ‘Psicosis’, la película de Alfred Hitchcock fue la que suscitó un mayor desagrado.
En cuanto a las pinturas, las más valoradas fueron el ‘Tránsito de la Virgen’ de José Antolínez y las ‘Rosas’ de Vincent Van Gogh frente al cuadro de ‘Saturno devorando a sus hijos’, de Francisco de Goya, que fue la que generó mayor rechazo por parte de los participantes en el experimento.
En todo caso, tanto la obra del pintor zaragozano como la banda sonora de ‘Psicosis’ eran capaces de generar una “gran excitación”, pese a ser desagradables, según los responsables de la investigación.
Por otra parte, al combinar diversas obras (un cuadro con un fragmento musical) contraponiéndolas según el tipo valor afectivo que generan los investigadores comprobaron como una música agradable es capaz de incrementar el valor agradable de un cuadro, pero un cuadro agradable no es capaz de mejorar la impresión que causa una música desagradable.
Para el investigador Campos-Bueno, esta relación es llamativa, teniendo en cuenta que “buena parte de los recursos cerebrales” del ser humano “se dedican a atender a lo visual, frente a otras modalidades sensoriales”.
