Nada nuevo bajo el sol. La media veda arranca hoy, 15 de agosto, con “muy malas expectativas” para los cazadores segovianos. “Si nada más amanecer se escuchan muchos tiros en el campo significará que hay codornices; si no hay disparos es que no se ven piezas”. Así se expresaba ayer el delegado territorial de la Federación de Caza en Segovia, José Luis Gómez San Frutos. Y él tenía “muy claro” lo que va a pasar hoy. “Habrá pocos tiros”, pronosticaba. Este año se han visto muy pocas codornices, por lo que el cazador que logre cobrar alguna pieza se puede considerar un afortunado. En cualquier caso, Gómez espera que hoy los campos segovianos se llenen de cazadores. “Muchos saldrán únicamente por sacar a sus perros”, dice, advirtiendo que la mayoría ya es plenamente consciente de que regresará a su casa sin una sola codorniz.
La situación no es nueva. Año tras año, los cazadores comprueban que las tierras se están convirtiendo en un desierto. Fincas que hace no demasiadas décadas acogían un buen número de especies han quedado prácticamente despobladas de fauna. Y, a ese respecto, Gómez no tiene duda de que la responsabilidad de esta pérdida de biodiversidad corresponde a “las nuevas formas de explotación agrícola”, por lo que demanda a las administraciones públicas que arbitren medidas para frenar esta situación.
El adelanto de la cosecha de cereal, motivado en gran medida por la tecnología —en especial, la cosechadora— ha tenido efectos perniciosos para especies como la codorniz. “En el momento que se cosecha y se empaqueta la paja, no queda refugio para las codornices”, lamenta Gómez. En los últimos años, diversas administraciones públicas han lanzado campañas publicitarias con recomendaciones a los agricultores para que su actividad resulte compatible con la pervivencias de especies.
Así, se aconseja a los labradores que eviten echar herbicidas en el perímetro de la parcela (5 metros) para lograr con ello la conservación de insectos que deberían de servir de sustento a numerosas especies. Al parecer, esa sugerencia no es escuchada en la mayor parte de los casos. “Llama la atención que en muchas tierras no queden ni saltamontes”, denuncia Gómez. Otro consejo es el de no cosechar por la noche, ya que esta práctica ocasiona numerosas bajas. Los pollos no se mueven y la máquina “se los traga”. Los cazadores también reclaman otro modo de cosechar, desde el centro de la parcela hacia los laterales, no al revés. Según lamenta el delegado territorial de la Federación de Caza, cuando se va de los laterales al centro, “se va arrinconando a las especies, que acaban muriendo”.
“Si los jóvenes salen al campo y no encuentran especies, se aburren y acaban dejando la caza”, señala Gómez, que no tiene inconveniente en reconocer que el número de cazadores residentes en la provincia de Segovia (de 4.300 a 4.500) está en franco retroceso. “Es cierto; no hay un relevo generacional”, insiste el delegado territorial de la Federación de Caza, que espera, tras dibujar este sombrío panorama para la media veda, que la temporada “general” sea “algo mejor”.
Calendario en Segovia y provincias limítrofes
El Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) publicó la resolución por la que se fija el calendario de caza de la media veda en las nueve provincias de la comunidad autónoma.
En Segovia se han fijado como días para la media veda 15, 16, 18, 20, 21, 23, 25, 27, 28 y 30 de agosto y 1, 3, 4, 6, 8, 10, 11, 15, 17 y 18 de septiembre. En Soria, los días 15, 16, 18, 20, 21, 23, 25, 27, 28 y 30 de agosto y 1, 3, 4, 6, 8, 10, 11, 15, 17 y 18 de septiembre. Los días hábiles de caza para la media veda en la provincia de Ávila son 15, 16, 18, 20, 21, 23, 25, 27, 28 y 30 de agosto y 1, 3, 4, 6, 8, 10, 11, 15, 17 y 18 de septiembre; y en Burgos, 15, 18, 20, 21, 23, 25, 27, 28 y 30 de agosto y 1, 3, 4, 6, 8, 10, 11, 13, 15, 17 y 18 de septiembre. En Valladolid, 15, 16, 18, 20, 21, 23, 25, 27, 28 y 30 de agosto y 1, 3, 4, 6, 8, 10, 11, 15, 17 y 18 de septiembre.
Para la tórtola común se retrasa el comienzo de la época hábil al 21 de agosto, al igual que para la paloma torcaz, además de que los días fijados como hábiles deberán entenderse como máximos, es decir, el titular o los titulares de los cotos podrán, a la vista de la evolución de las distintas especies, reducir el número de días, establecer cupos o fijar el horario.
