Dicen quienes lo practican, que el atletismo engancha de una manera extraordinaria. Que cuando empiezas a correr, y superas una primera semana de agotamiento, ya no puedes dejarlo, y que paulatinamente vas marcándote metas, llevando tus límites físicos un poco más allá.
Ayer, en una Segovia a la que le cuesta dejar paso a la primavera, pero que sabe vestirse de fiesta aunque su invierno dure más de tres meses, muchos de estos retos personales de los atletas se vieron cumplidos gracias a una Media Maratón que después de ocho años de existencia ha demostrado que solo sabe hacer las cosas a lo grande. Con el arco de meta más emblemático del mundo, con un cañonazo de salida que aún retumba en los oídos de los participantes, y con un recorrido que desnuda la ciudad a los ojos de los esforzados corredores, la octava edición de “La Media” volvió a cumplir las mejores expectativas, tanto de los organizadores como de los atletas, los patrocinadores, los colaboradores, y un público capaz de echarse a la calle un domingo a las once de la mañana para presenciar un espectáculo único.
El día gris, y la constante amenaza de la lluvia, complicaron los prolegómenos de la carrera. Finalmente, el salto en paracaídas no pudo realizarse con un globo aerostático, sino que los paracaidistias se lanzaron desde un paramotor. El retraso llevó a que lo hicieran una vez que los 3.200 atletas ya habían tomado la salida y liberado la plaza de la Artillería. Resultó ciertamente espectacular ver lanzarse desde una altura de 500 metros a los integrantes del equipo Mad, Armando del Río, Darío Barrio y Carlos Suárez.
Segundos antes del salto, y a ritmo del “Thunderstuck” del grupo AC/DC, el cañonazo de salida significó el inicio de una carrera en la que el atleta etíope Gizaw Bekele logró reeditar la victoria que logró el pasado año, pero de una manera incluso más brillante que la lograda en la séptima edición de La Media, en la que unos problemas intestinales llegaron incluso a poner en riesgo su triunfo.
Pero en la edición de ayer, desde los primeros metros de la carrera Bekele se mostró como el más fuerte, tratando de imponer su ritmo, pero encontrándose con la oposición del marroquí Anouar Dabab, que hasta la mitad de la carrera mantuvo firme a la estela del etíope, pero que paulatinamente fue comenzando a ceder terreno, buscando su propio ritmo y no el de la poderosa zancada de Bekele, que en el primer paso bajo los arcos del Acueducto ya aventajaba a su rival en más de medio minuto, diferencia que fue aumentando paulatinamente, hasta entrar en la meta con una clara ventaja sobre el resto, y con un tiempo inferior en cuatro minutos al que logró el pasado año.
Con Dabab entrando segundo, el tercer puesto fue para Hafid Mhamdi, con el español Luis Miguel Sánchez clasificándose en la cuarta posición, siendo el primer español en la meta, tras haber mantenido una dura lucha con Juan Antonio Cuadrillero, al que una caída en la plaza de Díaz Sanz por culpa del resbaladizo adoquinado le privó de pelear con el abulense Sánchez por convertirse en el primer atleta nacional en terminar la prueba. Un poco más atrás, el segoviano Pedro Luis Gómez Moreno mantenía una bonita lucha, primero con un grupo de atletas entre los que se encontraba Luismi Sánchez, Cuadrillero, Rodrigo Ares y otro segoviano, Javier García Velasco, para acabar realizando su esfuerzo en solitario, aunque siempre acompañado por los ánimos de una afición que le demuestra el extraordinario cariño que le profesa siempre que tiene ocasión. Marta Vírseda realizó una gran carrera, siendo la primera atleta de Segovia en terminar.
En féminas, la marroquí Saida El Mehdi no encontró oposición, finalizando la prueba en menos de una hora y veinte minutos. La atleta del Racing Valladolid, Alma de las Heras, debutó en la Media Maratón de Segovia con una segunda plaza en la general, y primera española, por delante de Recuerdo Arroyo, ganadora de la pasada edición de la carrera segoviana.
Mientras los 3.200 atletas ponían lo mejor de sí mismos para terminar la carrera, en la zona de la meta casi dos centenares de niñoz de todas las edades tomaban parte en la prueba de menores, que terminó con la victoria del atleta del Blume Fernando Matarranz, que tuvo que emplearse a fondo para superar a la cadete del Velox Águeda Muñoz, segunda en la meta. Poco después de finalizada la carrera de los pequeños, y al son que marcaba la banda de música de la Brigada Paracaidista, fueron haciendo un aparición por detrás del pódium los primeros atletas de la prueba grande, con Bekele ya destacado, y poco a poco un rosario de corredores, la mayoría de ellos aún con buena cara para afrontar la subida hasta la plaza Mayor por una calle Real atestada de gente.
Diez kilómetros más tarde, y con los primeros clasificados ya duchándose después de finalizar la carrera, las caras de los participantes estaban bastante másdesencajadas por el esfuerzo. Pero la mayoría de los rostros denotaban también la satisfacción por terminar una prueba tan hermosa como dura, y no faltaron los recordatorios y los homenajes por parte de los atletas a sus seres queridos, como el dorsal 1 que portaron los miembros del grupo de entrenamiento del IMD para darle ánimos a Minerva de cara a su trasplante de riñón, o el buen número de deportistas capaces, después de 21 kilómetros, de coger a su hijo en brazos y cruzar la meta con él. Así pudo constatarte que la Media de Segovia cumplió con sus objetivos.
