El ayuno de la Cuaresma y la penitencia de la Semana Santa dieron ayer paso a la alegría de la Pascua. En toda la provincia se sucedieron las ‘procesiones del Encuentro’, así llamadas porque se encuentran dos imágenes, de la Virgen y Jesús Resucitado, que previamente han realizado itinerarios diferentes por las calles del pueblo donde se celebra.
En Sepúlveda, tras el encuentro se quita el velo de luto a la Virgen de las Alegrías. Y, desde ese instante, la imagen de Jesús Resucitado es llevada “bailando”. ¿Y cómo es así?. Los portadores de las andas las hacen subir y bajar rítmicamente, flexionando sus rodillas, dando así la sensación de que, efectivamente, la talla ‘baila’. Dicen los sepulvedanos de mayor edad que si la capa roja de Cristo Resucitado se mueve mucho en la procesión es presagio de que en agosto habrá buenas fiestas de toros…
Ayer, como cada mañana de Domingo de Resurrección, nueve niñas de Riaza cantaron “las Albricias”. Las cillantas, que así se llaman las componentes de este grupo, cumplen de esta forma con la inmemorial tradición de entonar en la mañana de Pascua lo que se considera un cántico de alegría, de júbilo, por la Resurrección de Jesús.
Una radiante mañana acompañó ayer la procesión del Encuentro de La Granja, en su quinta edición. Numerosos fieles se concentraron en el Medio Punto para presenciar el encuentro entre la Virgen de la Soledad y el Cristo Resucitado. Una niña, Lorena Juárez, que este año tomará su Primera Comunión, retiró el velo a la Virgen. Seguidamente, el cortejo se encaminó a la iglesia parroquial, donde se celebró la eucaristía.
En Cabezuela, los hombres salieron de la iglesia con la imagen de Cristo Resucitado, y las mujeres con una talla de la Dolorosa. Ambos grupos se encontraron en la Plaza Mayor, desde donde regresaron al templo para celebrar la eucaristía. Como es costumbre, la imagen de la Virgen estuvo engalanada, y junto a su trono se colocaron las rosquillas típicas de Semana Santa.
La Plaza Mayor de Cantimpalos fue el marco donde se encontraron la Virgen María, vestida de blanco, y el Resucitado, momento en el que las campanas repicaron ‘a gloria’, en medio del entusiasmo de la multitud. Las mayordomas de la cofradía de las Cinco Llagas se encargaron de portar la talla de la Virgen, y sus hijos la del Resucitado, según informa Lourdes Matarranz.
También Nava de la Asunción tuvo ayer su procesión del Encuentro, entre imágenes de la Soledad y Cristo Resucitado, continuando el gozo de la Pascua hasta hoy, ‘Día de la Junta’, de convivencia en el campo con familiares y amigos.