La madre de la joven despedida de la Diputación de León, de 55 años, confesó en la madrugada del martes que fue la autora material de los disparos que acabaron con la vida de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco.
Según Montserrat González, lo hizo por una «inquina personal» que tenía contra ella desde hacía varios años motivada por el trato dispensado a su hija, Montserrat Triana Martínez, tras el despido de la institución provincial y los posteriores litigios.
Su confesión llegó después de que la prueba de parafina, que se realiza para descubrir restos de pólvora en la piel, mostrara que fue ella quien disparó.
Por otra parte, una agente de la Policía Municipal de León, amiga de la hija arrestada por su presunta implicación en el crimen, fue detenida también en la madrugada del martes por estar presuntamente involucrada. La mujer, R.G.R., de 41 años de edad, fue quien entregó el arma homicida a los investigadores. Según declaró, la hija detenida se la dejó en su coche dentro de una bandolera poco después de cometer el crimen, aunque ella desconocía qué había en el interior del bolso.
Según su versión, no fue hasta el pasado martes cuando se percató de que la pistola se encontraba ahí, una declaración «poco creíble» para los investigadores y que provocó su arresto, según las mismas fuentes.
El arma, un revólver Taurus, fue comprada en el mercado negro y presentaba el número de serie borrado. Cuando fue entregada a la policía le faltaban tres de los seis cartuchos que contenía.
Las balas que se usan en esta pistola no tienen el calibre de las que utilizan de forma habitual los cuerpos de seguridad del Estado.
Tras conocer estos nuevos detalles, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, aseguró ayer en el pasillo del Congreso de los Diputados que el asesinato de la también presidenta del PP leonés está “bastante esclarecido”.
El ministro rehusó ofrecer detalles de la investigación por respeto al secreto de sumario, aunque alegó que se detendrá “a todo el que sea necesario”.
