La fuerte tormenta ceñida sobre el ámbito de la plaza de toros de Segovia con lluvia abundante, amenazó durante largo tiempo la celebración de la popular becerrada de la Asociación de Camareros de Segovia y Provincia que retornaba a esta sede taurina tras un año ausente. Con el ambiente en contra y el piso plaza con algunos charcos en el centro del anillo, el festejo fue adelante y al final todos felices y contentos por haber podido disfrutar de esta función que tiene como base y sustento la sana intención de quienes mantienen a la Asociación como a sus detonantes, la becerrada incluida.
La plaza registró una entreda calculada sobre un tercio de aforo, Presidió Alfredo Delgado. Depeje de plaza a cargo de la muy guapa y gentil amazona Marta de Mingo, la cual sobre un espléndido caballo español de nombre » Sombra» dio todo un curso de aires y movimientos ecuestres de alta escuela. Una maravilla. Fue director de lidia el matador de toros Emilio de Frutos.
Se lidiaron cuatro añojos de la ganadería de Sonsoles Aboín de Hernando, procedencia Nuñez, excelentes los tres primeros y encastado y con ciertas dificultades el que cerraba plaza.
Alfredo Tejedor «El Tigre», asombra por su constancia, ilusión, entrega, valor y una dosis más que aceptable de maneras toreras que ha ido asimilando a lo largo de su periplo en esta becerrada. Dos lances ajuatados y dos más de propina. Buen par de «J.J.» y otro de «El Pita». Comienza «El Tigre» asumiendo la embestida franca y noble del becerro con muletazos con sentido estético, ayudados por alto y dos de «la casa «. Valiente como lo es en todo momento Alfredo intenta el siempre difícil toreo al natural, y consigue salir airoso al instrumentar muletazos con entidad propia. La faena tuvo valores reconocidos y apreciados por el público. Vuelta al ruedo.
Angel Martín » Skoby», tuvo el gesto y el detalle de tirar la toalla ante las dificultades que le presentaba el becerro y su escaso y lógico bagaje técnico. Tres lances y «al pairo». Al comprobar su incapacidad, dejó el asunto en manos de Eusebio Fernández, el cual con algunos conocimientos en materia torera puso interés y ganas, aunque sin mayores alardes. Hubo palmas al final.
Eusebio Fernández » Niño de Sepúlveda», novillero que está aprendiendo el oficio en escuela taurina y actuando en diversas novilladas con una aceptable condición torera que irá a más y mejor con el tiempo, tiene gusto e incluso improvisa sobre la marcha. Buenos lances abierto el compás. Por ambos lados y por alto comienza a torear de muleta. Por el pitón derecho sacó cual tal buen muletazo pero es por el contrario cuando instrumenta unas tandas con calidad y templanza. Hubo una serie final que tuvo componenda y ligazón suprema. Fue ovacionado con fuerza.
Igor Pereira, el joven valor brasileño de color y naturalizado cantalejano que, curiosamente, la víspera debutó con picadores en Riaza con éxito al cortar dos orejas a su segundo novillo, un utrero de la ganadería de Valdemoro. Tiene este incipiente novillero de alternativa una buena planta y mucho valor y unacierta intuición que le sirve para improvisar el toreo. Dos buenos lances de saludo. Buenos pares de «El bailarín» y «El Pita». Por alto y al natural priman los primeros compases de la faena de Igor. Muletea con temple al natural dando distancia y sitio al añojo, éste incierto en la embestida. Muletazos sueltos valorados por el respetable con palmas. Estilo personal que imprime en sus argumentos básicos y unos finales muletazos que fueron un primor. La faena tuvo consistencia, firmeza y aplicación al juego ofrecido por el astado. Ovación final.