La ley que prohíbe llevar el velo integral entró ayer de facto en vigor en Francia, donde se practicaron las primeras detenciones de mujeres con burka y niqab durante una manifestación de apoyo a esas prendas islámicas en París.
Tres féminas fueron arrestadas por la Policía en una mediática operación que tuvo lugar frente a la catedral de Notre Dame de la capital gala, donde la asociación No toques mi Constitución había convocado una marcha contra la ley que prohíbe el burka.
Una de las detenidas llevaba un burka, otra un niqab y la tercera un hiyab, prenda esta última no prohibida por la ley que acaba de entrar en vigor, pero se disponía a leer un manifiesto cuando un grupo de agentes la rodeó y la condujo a un furgón policial.
También fueron arrestados algunos de los responsables de la asociación convocante. Oficialmente, un portavoz de la Policía indicó que las capturas no se debieron a que las féminas llevaran velo islámico, sino a que la concentración no contaba con los permisos reglamentarios.
No toques mi Constitución aseguró que había pedido esos permisos, pero que las autoridades se los negaron porque los motivos que reivindicaban estaban fuera de la ley. La asociación reconoció que había convocado la manifestación frente a la catedral de Notre Dame «porque es un lugar simbólico del poder que la religión católica tiene en el país», adelantó su portavoz, Rachid Nekkaz.
Kenza Drider, que se ha convertido en una de las figuras en favor del burka, tomó un tren desde Aviñón, en el sur de Francia, para participar en la marcha y, posteriormente, en un programa de televisión, pero fue detenida por la Policía al poco de llegar a la plaza de la catedral de Notre Dame.
La mujer, de 32 años y madre de cuatro hijos, afirmó en los últimos días que proseguirá la batalla jurídica contra la ley, que puede continuar en el Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo.
Los agentes tienen órdenes expresas del ministro francés del Interior, Claude Guéant, de no actuar con violencia contra las que infrinjan la ley. En caso de que se niegue, la mujer será conducida a la comisaría, donde será retenida hasta que ceda.
La norma prevé una multa de hasta 150 euros para quienes porten esta prenda islámica. Más severamente se castigará a quienes impongan el uso del burka a otras personas, que podrán ser condenados hasta a dos años de prisión y multas de 60.000 euros.
