La Junta de Castilla y León “veía venir” que la fusión de Caja de Ávila y Caja Segovia con Bankia supondría ajustes en oficinas y plantillas y recordó que el proyecto defendido desde el Ejecutivo era otro. “No nos ha sorprendido, era algo que se veía venir”, afirmó el consejero de la Presidencia y portavoz, José Antonio de Santiago-Juárez, ante el plan de negocio presentado por la entidad, que supondrá la reducción de su plantilla en 6.000 personas hasta 2017 y el cierre de 1.100 sucursales.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el consejero portavoz se limitó a decir que la responsabilidad corresponde a los gestores de esas entidades y que la Junta defendió otro proyecto, en referencia a la integración de las seis cajas de la Comunidad que no prosperó. También manifestó que ya se han convertido legalmente en fundaciones y han iniciado el proceso de elaboración de sus estatutos y que en el caso de la Fundación heredera de la Obra Social de Caja Segovia está marcada por las dudas sobre su financiación.
Respecto del proceso de fusión de Caja España-Duero con Unicaja, apeló a la prudencia, recordó que toda negociación pasa por procesos de altibajos y expresó el deseo de que “más pronto que tarde” ese proyecto “culmine con éxito”.
