La Consejería de Educación no pondrá en marcha medidas de ahorro adoptadas por otras comunidades autónomas, como es el caso de Castilla-La Mancha o Madrid, como la imposición de más horas a los docentes o la reducción de los días de vacaciones. A juicio del consejero, Juan José Mateos, las soluciones en Castilla y León pasan por apostar por «un mayor compromiso y formación» de los profesores. Mateos reconoce que si los Presupuestos Generales de la Comunidad sufren un recorte, también lo harán las partidas de Educación, pero insiste en que la austeridad se producirá en las infraestructuras y no en los servicios básicos. «Sacrificaré los ladrillos en lugar de los servicios que dan a la educación una parte de su calidad en la comunidad», sostiene el consejero.
«Aquí hay que poner otras soluciones que pasan por que el profesor se comprometa más y trabaje los resultados y luego se organice de la forma que considere oportuna como buen profesional que es», señala Mateos, para indicar que «no es un problema de perseguir las horas, sino de perseguir resultados con el trabajo de profesores y alumnos».
Lo que hay que hacer, a juicio del consejero, es «estimular» a los docentes para que obtengan buenos resultados de sus alumnos y darles más formación. «Habrá momentos en los que tengan que trabajar más horas y otros en los que lo hagan menos». Según explica, Castilla y León «no va a entrar en la guerra de las horas, pero sí en la paz que dan los resultados».
Trabajo coherente. Estos resultados, explica, son fruto de un trabajo conjunto de profesores, familias y Administración. «Ese es el discurso de la Comunidad y que es coherente porque nos avalan los resultados». Según defiende el titular de Educación, los docentes de la Comunidad tienen una jornada de 35 horas y media, «como la del resto de funcionarios», de las cuales una media de 18 son lectivas y el resto para realizar otro tipo de actividades. «Estamos de acuerdo con esta jornada porque con ella conseguimos buenos resultados», apostilla. «Defiendo que el docente es un profesional que responde satisfactoriamente a las necesidades que demanda la sociedad de Castilla y León», afirma.
No obstante, en momentos de dificultad económica, el consejero de Educación apuesta por pedir a los profesores que pongan todavía «más celo» en el trabajo que tienen que desarrollar en el aula para obtener mejores resultados, pero se muestra contrario a modificar el esquema de la jornada laboral. Por lo tanto, anuncia que su departamento reforzará la formación del profesorado, buscará acuerdos de carácter sindical y desarrollará los contratos programa con los centros que es, a su juicio, «una forma de relacionar a los profesores con su centro, con sus resultados y con los compromisos que pueden adquirir con la Administración».
Respecto a las medidas de ahorro, afirma que Castilla y León puede mantener la educación de forma satisfactoria «si en ese empeño estamos todos». «Los profesores, las personas que trabajan en los servicios educativos, las familias y la Administración debemos tener clara la necesidad de un mayor trabajo y debemos buscar mejores resultados para ser más eficaces y eficientes. Si coincidimos todos no solo se puede mantener sino que incluso mejorará», remarca.
Recortes. En cuanto a los recortes, el consejero de Educación reconoce que en cierta forma si los Presupuestos Generales de la Comunidad para 2012 se ven mermados, también lo hará la educación. En todo caso, adelanta que su departamento se centrará en la elección de objetivos prioritarios en función de la situación económica.
Mateos reconoce, asimismo, que habrá que sacrificar algunas partidas, sobre todo las relacionadas con las infraestructuras pero a cambio se mantendrán aquellas relacionadas con la calidad de la enseñanza. Además, también asegura que se mantendrán servicios básicos como el transporte o los comedores, si bien se analizarán los relacionados con la conciliación familiar y laboral, como el programa Centros Abiertos. En concreto, Mateos apuesta por racionalizar pero desde una análisis previo porque «no hay que precipitarse».
Sin avanzar demasiado sobre esta materia, sí señala algún tipo de estudio para ver en qué medida pueden contribuir las familias, con una situación más boyante, a la sostenibilidad de este tipo de servicios, a la vez que se buscarán ciertas ayudas para quien no pueden sufragarlo.
