El delegado territorial de la Junta en Segovia, Javier López-Escobar, y el director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, visitaron las obras llevadas a cabo por la Junta de Castilla y León en la iglesia de San Miguel de Sacramenia. La inversión realizada, que asciende hasta los 36.000 euros, se ha destinado al acondicionamiento y consolidación de la ermita, una actuación que responde a la alarma de derrumbe que amenazaba la cubierta de la bóveda.
El alcalde de la localidad, Juan Carlos Muñoz Reja, el delegado de Patrimonio del Obispado de Segovia, Miguel Ángel Barbado, y la presidenta de la asociación ‘Nuestra Olma’, Maribel Lázaro Velázquez, acompañaron en su recorrido al delegado territorial y al director general de Patrimonio.
La intervención se ha centrado en la reparación de la cubierta y los muros del templo. Para ello se ha limpiado y desbrozado el terreno perimetral de los muros; se ha reforzado, con teja de cerámica a canal, la cubierta de las bóvedas del presbiterio y el ábside; se han reparado y protegido, también con teja a canal, las cabezas de los muros sobre la portada de la iglesia, además de colocar varias piezas de piedra de cornisa que habían desaparecido.
Los trabajos, incluidos en el Plan PAIHS de Castilla y León, han sido ejecutados por la empresa Barzabales, y financiados por el Servicio Territorial de Cultura de la Junta en Segovia. Esta intervención, que ha consolidado la edificación, ha contado con la colaboración del Ayuntamiento de Sacramenia y de la asociación ‘Nuestra Olma’.
Las administraciones local y regional y la asociación cultural de Sacramenia están comprometidos en una restauración más integral de la Iglesia de San Miguel y su entorno, actuación que va a incluir el acondicionamiento del camino que lleva hasta la iglesia, en el que se descubre un llamativo mirador.
La iglesia, de estilo románico rural popular y situada en el cerro que protege por el norte la localidad de Sacramenia, fue construida en el siglo XII y declarada bien de interés cultural, con categoría de monumento, en febrero de 1983. En la actualidad, subsiste escasa parte de los muros de su única nave, que estuvo abovedada. También se conserva una interesante portada orientada hacia el sur, que sobresale ligeramente del muro, y se articula con cinco arquivoltas de medio punto que descansan en impostas y columnas con capiteles de factura ruda y tosca.
Los trabajos de consolidación, que han rescatado de la ruina los restos de este pequeño templo románico, se han ejecutado tras los llevados a cabo a principios del año 2008, en los que la Consejería de Cultura y Turismo realizó un estudio histórico de la ermita, que incluyó una excavación arqueológica, la lectura de los paramentos y el estudio de las pinturas murales de la iglesia.