El anisakis es un parásito que puede encontrarse en el pescado y provocar alteraciones digestivas y reacciones alérgicas, que pueden ser a veces graves para la salud. Los únicos alimentos que se ven parasitados y que pueden provocar la anisakiosis son los pescados de origen marino, los cefalópodos (calamar, potas) y los crustáceos (gambas, nécoras, centollos) ya que los de agua dulce y los moluscos bivalvos (mejillón, almejas) no presentan este parásito.
Con el fin de hacer llegar una información preventiva al mayor número de personas, la Junta de Castilla y León, y en concreto la Agencia de Protección de la Salud y Seguridad Alimentaria ha editado y distribuido un total de 55.000 folletos informativos y 2.000 carteles, que estarán a disposición de los consumidores en centros de salud y consultorios locales, farmacias, asociaciones de consumidores, supermercados y pescaderías. En la provincia de Segovia, se han distribuido 3.000 folletos y 175 carteles con consejos.
Independientemente de otros controles por parte de las autoridades, tanto ciudadanos como profesionales han de conocer y tener muy en cuenta que unas sencillas medidas de prevención, adoptadas por los consumidores, pueden evitar la ingestión de este parásito y los problemas que causa, ya que el anisakis es muy fácil de evitar: adquirir el pescado ya eviscerado y si no lo está, hay que hacerlo inmediatamente. Un correcto cocinado elimina de forma eficaz el parásito, ya que sus larvas son sensibles al calor y temperaturas entre 60º C y 70º C durante un minuto en el centro de las piezas son suficientes para matarlas. Si se consume pescado crudo, la congelación previa es el modo más eficaz de inactivación del parásito, ya que las larvas congeladas pierden su acción maligna. Para ello, el pescado que se vaya a consumir crudo, prácticamente crudo o en escabeche deberá congelarse a -20º C durante al menos 72 horas. Y observar con cuidado la ventresca, ya que ahí es donde se detecta el mayor número de larvas.
