La Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico, estrena hoy sábado en el Teatro Juan Bravo, bajo la dirección de Eduardo Vasco, “La moza de cántaro”, una pieza de Lope de Vega con la que debuta sobre las tablas la segunda promoción de la escuela de actores creada por la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que dirige el propio Vasco.
Según explicó ayer el director en declaraciones a los periodistas, en el año 2004 la CNTC decidió crear una cantera de actores y en ese momento se creó la compañía joven, “una primera promoción con un grupo muy potente de actores que montó dos producciones con gran éxito”.
La segunda promoción de la escuela, la que ahora estrenará “La moza de cántaro”, se ha formado tras más de 300 audiciones, de la que se seleccionó a 28 actores, que finalmente se han quedado en los 14 que participan en este montaje, jóvenes profesionales con una edad media de 25 años.
En cuanto a la pieza elegida, Vasco indicó que la compañía joven se dedica casi en exclusiva a Lope, “el autor más fresco del siglo de Oro; es además un Lope maduro, que pasa de los 60 pero se dedica a escribir de jovencitos y de cómo se quieren, un autor que habla con toda la sabiduría teatral y con un velo poético muy estilizado”.
El responsable de la CNTC apuntó que la obra aborda la historia de una joven que mata a uno de sus pretendientes para vengar una afrenta a su padre; en su huida, se convierte en chica de cántaro, la criada encargada de ir a buscar el agua a la fuente, y entonces encuentra en un noble, al que no le importa que sea una criada, el amor que desdeñaba cuando vivía como una dama.
Eduardo Vasco hizo hincapié en que “La moza de cántaro” fue la obra con la que Cipriano Rivas Cherif abrió la tendencia, en 1930, “de hacer a los clásicos volviendo a los textos originales, después de siglo y pico haciendo refundidos de las obras, y el estreno fue justo en este teatro Juan Bravo, hace 80 años, por lo que para nosotros es muy significativo poder estrenar aquí”.
Tras su estreno en Segovia, la obra hará una temporada en Madrid, durante aproximadamente dos meses y medio, para posteriormente representarse en los más importantes festivales de teatro clásico de España como Almagro, Olmedo, Alcalá de Henares, Olite o Chinchilla.
