Faltaban escasos minutos para las 12 del mediodía y el emblématico Azoguejo estaba ya ocupada por decenas de niños nerviosos y dispersos. No se trataba de una excursión escolar; eran los alumnos del colegio segoviano Domingo de Soto, que se disponían a representar una especie de musical delante de sus familiares y profesores.
El ‘flashmob’, nombre que recibe esta pieza que mezcla música y representación, duró aproximadamente cinco minutos, pero hubo tiempo para un segundo pase, en el que los niños mostraron su lado más artístico e interpretativo. Los alumnos, organizados por colores según su curso de pertenencia, se fueron incorporando progresivamente a la virtual pista de baile, mientras de fondo sonaba una base musical compuesta de diversos cortes de canciones más que conocidas. Los asistentes pudieron ver cómo se desenvolvían los pequeños al son de éxitos como ‘The Time of my Life’, ‘Mamma Mía’ o ‘Macarena’.
La profesora de Música del centro escolar, Elena Labrador, explicó que antes de la puesta en escena, los niños habían realizado numerosos ensayos, tanto en la hora semanal de la asignatura que ella imparte, como en sus propias casas; para ello, se creó un vídeo tutorial en ‘Youtube’, con el que los niños pudieron practicar individualmente. El objetivo de esta actividad, que se realiza por primera vez, era tratar de acercar al momento actual músicas de varias décadas del siglo XX de la mano de los más pequeños.
Elena Labrador llevó a cabo junto a sus alumnos una investigación para descubrir qué tipo de música escuchaban en casa con sus familias y en la calle con sus amigos. Se llegó a analizar, incluso, la música que escuchaban sus abuelos cuando eran jóvenes, pero dada la gran cantidad de géneros musicales que se recopilaron, se optó finalmente por hacer una mezcla sonora con canciones desde los años 70 hasta la actualidad.
La puesta en escena no habría sido posible sin la ayuda del conserje del CEIP Domingo de Soto, quién se ofreció encantado a prestar su equipo de música, dado que se dedica también a realizar actividades relacionadas con el mundo de la música desde hace más de 35 años.
El acto terminó entre los aplausos del público asistente y las sonrisas de los pequeños bailarines; pero también hubo quienes no aguantaron la presión y necesitaron del cariño de sus maestros para conseguir finalizar la actuación. Fue una excelente oportunidad para comprobar que la música de hace varias décadas sigue viva en nuestros días.
