El regreso del canterano azulgrana a las filas del FC Barcelona parece ‘carne’ de culebrón veraniego, después del trasiego indeciso del Arsenal. Así, el club londinense se manifestó ayer firme en sus declaraciones de no vender al centrocampista español Cesc Fábregas, quien ha confesado que le gustaría estar en el conjunto culé la próxima campaña.
El bloque londinense sigue aferrado a su capitán y su precio se cotiza al alza, 70 millones de euros, cifra que resulta excesiva para la entidad española. El Arsenal se pronunció insistentemente en sus principios y aseguró que «nada ha cambiado» con la elección de un nuevo presidente en el Barça. «No tenemos intención de perderlo (a Cesc)», declaró un portavoz del Arsenal, aunque algunas ‘voces’ británicas ya daban por hecho que el jugador español volvería a vestir de azulgrana tras finalizar la Liga.
Cesc Fábregas es uno de los integrantes de la lista de ‘deseos’ de Pep Guardiola, y el empresario Sandro Rosell, ganador de los comicios del FC Barcelona tras obtener el 61,35 por ciento de los votos, se mostró favorable al fichaje si el técnico confirmaba la necesidad del jugador en su plantilla. Mientras, Joan Laporta, que seguirá al frente del club blaugrana hasta el 1 de julio, confesó que la negociación por el internacional Cesc actualmente está en ‘stand by’ (parada).
Por su parte, el Arsenal no necesita en estos momentos deshacerse de su estrella, con contrato con el club inglés hasta 2014, para poder disponer de una plantilla fuerte la próxima campaña. El consejero delegado de la escuadra de la Premier League, Iván Gazidis, se enorgullecía el pasado lunes de la «saludable situación financiera» del club inglés, que acaba de terminar de pagar los préstamos de su proyecto de urbanización en la zona de Highbury (al norte de Londres).
El Arsenal posee ahora mismo casi 90 apartamentos, valorados en 30 millones de libras (unos 36 millones de euros) y cuya futura venta será un claro beneficio para la entidad futbolística y una posibilidad de invertir en nuevos jugadores sin necesidad de incurrir en una nueva deuda.
