Los hosteleros segovianos están contentos con la nueva ordenanza municipal, aprobada por el pleno el pasado lunes, que permitirá abrir un bar al lado de otro ya existente, sin necesidad de guardar una distancia mínima, como sucedía hasta ahora. El presidente del sector, Cándido López Cuerdo, calificaba ayer el nuevo texto “como muy positivo”, apuntando que, a nivel regional, ya se había liberalizado esta cuestión y Segovia no debía quedar fuera de esa tendencia.
“Me parece positivo que las personas, los empresarios que quieran abrir un establecimiento puedan hacerlo en los locales que consideren más adecuados, siempre que cumplan los requisitos legales para estos negocios, sin restricciones en cuanto a distancias”, aseguraba en declaraciones a este periódico el presidente de la Agrupación Industrial de Hosteleros de Segovia (AIHS), quien afirmaba que los límites anteriores “no tenían mucho sentido”.
En cuanto a la posibilidad de que esta modificación de la normativa se traduzca realmente en la apertura de nuevos negocios, dada la complicada coyuntura económica, Cándido López apuntó que, “a pesar de la crisis, creo que este cambio va a dinamizar el sector y a traer aperturas de nuevos negocios, porque hay gente esperando para abrir en locales concretos”.
El presidente de los hosteleros considera que será “el propio mercado” el que regule qué número de establecimientos hosteleros puede haber en una determinada zona, “según la oferta y la demanda”, y añadió que estos nuevos establecimientos “significarán crear nuevas empresas, nuevos puestos de trabajo y más riqueza para la ciudad”.
La postura de los hosteleros no es compartida por todos los colectivos ciudadanos; de hecho, la ordenanza, que se aprobó de manera inicial en abril, ha recibido seis alegaciones, dos de ellas de particulares y otras cuatro presentadas por la Asociación de Vecinos del Recinto Amurallado (Avras), Cáritas Diocesana, Segovia Cívica y la Fundación Anar. En todos los casos, los alegantes abogaban por mantener la distancia mínima entre establecimientos que dispensen bebidas alcohólicas, establecida hasta ahora en 25 metros, por entender que su eliminación vulnera la protección de la salud de los ciudadanos.
También manifestó su oposición al cambio, durante el pleno, el grupo municipal del Partido Popular, que entiende que hay una “contradicción” en el hecho de que la ordenanza municipal de prioridad a las políticas preventivas y a la vez “facilite la proliferación” de los establecimientos en los que se sirven bebidas alcohólicas.
En una línea similar se pronunció el concejal de Izquierda Unida, Luis Peñalosa, quien también se opuso a eliminar la distancia mínima entre bares, si bien recordó en su intervención que la medida viene dada por la normativa autonómica, impulsada por el Gobierno del PP.
De hecho el concejal de Servicios Sociales, Andrés Torquemada, afirmó que la norma municipal “no puede ser más restrictiva que la autonómica”, dando a entender que al Ayuntamiento no le ha quedado otra alternativa que liberalizar la apertura de nuevos bares. Para la concejala del PP Azucena Suárez, la actitud del equipo de Gobierno socialista “consiste en poner de escudo a la Junta de Castilla y León, una actitud muy cómoda”.
