La Guardia Civil impidió ayer la reconstrucción del denominado complejo Donosti de ETA al arrestar en Guipúzcoa a tres presuntos miembros de un comando legal de la banda terrorista, que disponía de más de 100 kilos de material explosivo. La operación policial se inició a primera hora con la captura en Usurbil de Javier Atristain Gorosabel, de 40 años, y de los hermanos Juan Carlos y Jesús María Besance Zugasti, de 40 y 35 años respectivamente, ambos arrestados en Villabona.
En esta última localidad guipuzcoana los agentes del Instituto Armado localizaron una lonja en la que hallaron 85 kilos de nitrato amónico distribuidos en 50 bolsas de 1,7 kilos cada una, 15 kilos de polvo de aluminio en 50 bolsas de 300 gramos, un kilo de pentrita, ocho detonadores, 10 dispositivos de iniciación temporizada, rollo de cordón detonante artesanal, una cámara de vídeo y una pistola con dos cargadores y munición, según detallaron fuentes del Ministerio del Interior.
En este garaje, ubicado en el barrio de Arroa de Villabona, los agentes encontraron también un turismo Renault 19 blanco robado en el año 2001, que fue trasladado a dependencias de la Guardia Civil para su posterior análisis.
Interior aseguró en un comunicado que esta operación supone «un duro golpe» para la infraestructura legal -no fichada- de ETA en Guipúzcoa y, junto a las detenciones practicadas en febrero, permite la total desarticulación del complejo Donosti, lo que «evita que la banda terrorista pueda reimplantarse y reorganizarse en este territorio».
Este grupo de presuntos no fichados de ETA, que se denominaba comando Imanol, estaba liderado por Javier Atristain Gorosabel, domiciliado en San Sebastián y a quien las Fuerzas de Seguridad seguían la pista desde que huyó de su domicilio el pasado 14 de febrero, día en el que fue detenido el presunto miembro de ETA Ibai Beobide Arza cuando circulaba en una bicicleta con documentación falsa y una pistola.
A raíz de aquel arresto, Atristain escapó y permaneció huido hasta que el 6 de marzo se entregó a las autoridades francesas en la comisaría del aeropuerto de Biarritz. El presunto etarra fue extraditado a España el 7 de abril, aunque el día 20 de ese mismo mes fue puesto en libertad condicional por la Audiencia Nacional. Aquella intervención permitió desmantelar un grupo de colaboradores de ETA que dirigía Beobide y que, según Interior, trataba de reorganizar el llamado complejo Donosti.
Las tres detenciones de ayer constituyen el seguimiento del operativo de febrero y se producen una vez que la investigación de la Benemérita ha podido determinar la identidad de los presuntos miembros del comando. Además, los agentes del Instituto Armado contaban con indicios de que este grupo disponía de un coche robado por ETA y de explosivos, tal y como se ha confirmado en el registro efectuado en la lonja de Villabona.
El riesgo de fuga y el peligro que puede suponer para la población el almacenamiento de este tipo de artilugios inflamables en un centro urbano precipitó aún más la maniobra de seguridad, según explicó el Ministerio.
Durante todo el día la Guardia Civil efectuó varios registros en los domicilios de los apresados, en los que estuvieron presentes y varias decenas de simpatizantes de la izquierda abertzale acudieron al lugar y gritaron consignas contra los agentes y el Gobierno.
En el procedimiento, participaron 200 efectivos de la Benemérita, con el apoyo del GAR y de Unidades Centrales del Servicio de Información del Instituto Armado, y estuvo dirigido por el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2, Ismael Moreno, y la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Contactos entre PNV y Gobierno.- El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, desveló ayer que su partido y el Gobierno han mantenido contactos, «que en los últimos meses han sido bastantes, sean telefónicos o encuentros físicos», en los que abordaron «un reto como es el de la pacificación y un reto como es el de la normalización». El líder nacionalista detalló que en dichas conversaciones el Ejecutivo y su formación plantearon «el contexto político que vivimos en la sociedad vasca», además el del resto de España. Al ser preguntado sobre si ambas partes se reunieron tras el encuentro que mantuvieron Urkullu y Rodríguez Zapatero el pasado 22 de septiembre en el Palacio de la Moncloa, en el que sellaron el acuerdo para transferir al País Vasco las políticas activas de empleo, el mandatario del PNV prefirió «seguir» con su «discreción». El nacionalista recordó que es «una reivindicación permanente» del PNV que el Ejecutivo aplique «una política penitenciaria diferente, en la manera en la que puede coadyuvar a una distensión necesaria en el mundo de la autodenominada izquierda ‘abertzale’». Por otro lado, insistió en que las propuestas del acuerdo con Zapatero en los Presupuestos de 2011 «figuran ocho transferencias».
